Mientras los opositores vivieron ayer una nueva jornada de protestas en contra del resultado electoral que da la Presidencia por mayoría absoluta a Mahmud Ahmadineyad, el Consejo de Guardianes hizo público el recuento parcial realizado de forma aleatoria en el 10 por ciento de las urnas y que confirma la victoria.
Los tres candidatos derrotados han presentado ante este poderoso órgano 646 quejas por irregularidades en favor del actual mandatario, a quien el Ministerio del Interior otorgó el triunfo.
Los guardianes han aceptado en parte las alegaciones de la oposición, al admitir que en al menos 50 ciudades votaron más personas que electores censados. Sin embargo, advirtieron que en ningún caso aceptarán la exigencia de los aspirantes de que se anulen los resultados y se repitan los polémicos comicios.
El líder supremo de la Revolución iraní, el ayatolá Ali Jameneí, volvió a respaldar ayer la sorprendente victoria y subrayó que el régimen de los ayatolás «no cederá a la presiones» populares.
En una declaración divulgada a través de la televisión estatal, la máxima autoridad de Irán pidió a los candidatos que depongan las marchas e instó a todos los ciudadanos a arropar las labores del legitimado Gobierno. «Sobre los recientes incidentes relacionados con las elecciones, insisto en que se debe aplicar la ley. Ni el sistema, ni el pueblo cederán ante la fuerza», afirmó.
Desde que el pasado 13 de junio se conocieran los resultados de los comicios, Irán es escenario de multitudinarias protestas y enfrentamientos en los que han muerto al menos una veintena de personas, según cifras oficiales.
La Policía iraní intentó ayer disolver otra protesta que se celebró en la plaza de Baharestan de Teherán, frente al Parlamento, cargando contra las personas que iban llegando. Decenas de manifestantes resultaron heridos. Según informaron testigos presenciales, ya que los periodistas tiene prohibido el acceso a las marchas, los agentes cargaron con palos y realizaron disparos al aire, y trataron como «animales» a los manifestantes.
La página web del candidato electoral derrotado Mir Hosein Musavi explica, al respecto, que muchos policías estaban preparados antes de la marcha esperando en mezquitas de la zona. «Todos llevaban armas y uniformes antidisturbios. Era como una ratonera», indicó un ciudadano.
«He visto gente con los brazos, piernas, cabezas rotas, sangre por todas partes», señaló el testigo, mientras que otra persona explicó que unos «500 matones» con porras salieron del templo y atacaron brutalmente a la gente.
Para el ex líder reformista Musavi, las acciones tomadas tanto por la Policía como por la milicia islamista Basij pueden ser consideradas como «actos terroristas». «Es asombroso que incluso en el año 2009 exista un control tan primitivo en Teherán, que es una ciudad moderna», añade.
Por su parte, el ayatolá disidente Husein Ali Montazerí ha convocado tres días de duelo en honor a aquellos que han fallecido durante los últimos 10 días de protestas en Irán. En un comunicado en su página web, el clérigo, bajo arresto domiciliario en la ciudad santa de Qom desde hace más de una década, criticó asimismo al régimen de los ayatolás al señalar que debería permitir las protestas de la oposición.
