El folklore y la tradición se han dan cita un año más en Aguilafuente con la celebración de las Candelas, una de las fiestas más arraigadas en la villa, ya celebrada en el siglo XVII, y que no se puede perder ningún amante de la cultura inmaterial.
Cuarenta danzantes, al son de la dulzaina y el tamboril, palotearon ayer ante las imágenes de la Virgen de las Candelas y San Blas en la procesión que recorre las calles de la localidad tras la misa mayor de las 13:00 horas.
Previamente a la misa, los danzantes salían del Ayuntamiento a la iglesia de Santa María, frente a la que realizaron la primera danza de palos. La tradición del paloteo en Aguilafuente, protagonista, este fin de semana pasado, de la fiesta, fue recuperada hace 45 años y es mantenida por el grupo de paloteo local, organizador del evento con la colaboración del Ayuntamiento, en la que participan danzantes de todas las edades, perpetuando así la transmisión de saberes a las generaciones más jóvenes.
