Los barrios de Nueva Segovia y San Millán han hecho más corta la espera en la capital segoviana hasta el 5 de febrero, día de Santa Águeda, adelantando a este fin de semana los festejos en honor de la santa siciliana que murió torturada en el siglo III hasta convertirse en un símbolo por la igualdad y el empoderamiento femenino.
A tal fin, y con el visto bueno de un día nublado pero con temperaturas más que agradables, las mujeres de ambos barrios lucieron sus vestidos de segovianas, que algunas acompañaron con capas, para reivindicar la importancia de avanzar hacia una sociedad más equitativa, donde el género no sea en ningún caso una barrera hacia el desarrollo personal y profesional.
Así, decenas de aguederas se daban cita en la iglesia de Nueva Segovia para asistir a misa y escuchar el pregón de Maite Fuentetaja, quien fuera jefa de la Unidad de Violencia sobre la Mujer de la Subdelegación del Gobierno.
Arropada en todo momento por la propia subdelegada, Lirio Martín, y por los concejales del Ayuntamiento Jesús García Zamora, Marian Rueda, Pablo Pérez Coronado y José Luis Huertas, Fuentetaja reivindicó “la importancia de la fiesta de las mujeres en un siglo XXI donde aún se acosa, se viola, se explota y se tortura”.
“Esta es una fiesta femenina, pero también feminista desde el punto reivindicativo de conseguir la plena igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades”, remarcó Fuentetaja antes de añadir que “el 50% de la población tiene que estar representado adecuadamente en todos los estamentos y sectores. Queremos ser madres, hijas y esposas, pero también estar en los puestos de dirección de las empresas, instituciones, equipos deportivos y en los espacios donde se toman las decisiones”.
Tras reivindicar las figuras de mujeres como Clara Campoamor, Concepción Arenal o María Zambrano, así como “aquellas anónimas que lucharon con coraje y fuerza para que hoy en día lo tengamos un poco más fácil”, Maite Fuentetaja exigió también el fin de la violencia machista y la lucha constante a lo largo de todo el año.
Posteriormente, las aguederas, encabezadas por las alcaldesas, sacaron a la Santa en procesión antes de proceder a la quema del ‘pelele’, este año sin rostro tras las polémicas de años anteriores y con el lema ‘violencia cero’ escrito. Como fin de fiesta, la popular tajada de chorizo.
Del mismo modo, el barrio de San Millán también celebró su misa por Santa Águeda antes de un pasacalles con dulzaina y tamboril previo a la típica tajada.
Y en la provincia, diferentes pueblos como Valsaín u Otero de Herreros se unieron a unos festejos que continuarán hoy y durante toda la próxima semana.
