Decenas de agricultores y ganaderos de la provincia de Segovia se desplazaron este martes a Valladolid para reivindicar precios «justos» y una normativa «normal» en el sector, ante las medidas que se aplican desde Bruselas y desde el Gobierno central. Cientos de personas procedentes de distintos puntos de Castilla y León, con más de 200 tractores, según la Subdelegación del Gobierno, participaron en esta movilización convocada por la Unión Nacional de Asociaciones del Sector Primario Independientes (Unaspi), de la que forma parte el Movimiento de Agricultores y Ganaderos Independientes Nacional (MAGIN), creado el pasado 6 de febrero, con numerosos partidarios en el nordeste segoviano.
Con esta nueva movilización, que partió desde el aparcamiento del Estadio ‘José Zorilla’ hacia las Cortes de Castilla y León, la Delegación del Gobierno y la Consejería de Agricultura, se defendieron las reivindicaciones que el sector lleva reclamando desde hace más de nueve meses a través de un manifiesto.
Gonzalo Martínez, de la Unaspi, explicó la vuelta de los trabajadores del campo a las calles «porque este año no se consiguió nada». Martínez reconoció que esta es una «manifestación de los agricultores», pero consideró que «se tenía que unir toda la población, porque como los políticos saquen adelante todas las normas que dicen ecológicas y que son descabelladas, la alimentación y la cesta de la compra va a subir por las nubes. Es una protesta para la gente de la ciudad, para que pueda comer más barato, porque si no, el precio se va a poner incalculable», destacó.
A su juicio, todos los productos de Europa «tienen una sanidad exagerada, frente a lo que se trae de fuera”, por lo que prosiguió que con ello no “se puede competir, porque la alimentación de la gente no es segura», reivindicación con la que también lanzó una advertencia por el reciente acuerdo alcanzado por Mercosur, que aún debe ser ratificado por el Parlamento Europeo: «Con este acuerdo nosotros competimos con una mano en la espalda».
Ataviados con chalecos amarillos y pancartas sobre los contrapesos de los tractores, la protesta, con la petición a la Subdelegación del Gobierno y con el control de las policías Local y Nacional (a diferencia con algunas de las celebradas a principios de año), el sector primario bajó hacia la Avenida de Salamanca para discurrir posteriormente por la avenida de Salamanca, donde se provocaron importantes atascos. Entre los mensajes se podían leer ‘La alimentación es cosa de todos. Únete a nosotros’, ‘Sin cebada no hay cerveza’, ‘No muerdas la mano que te da de comer’ y ‘Los campos más honrados, los más cansados’.
Los manifestantes registraron el manifiesto en cada una de las paradas, tanto la Consejería de Agricultura, la Delegación del Gobierno y en las Cortes. El documento señala que «la alimentación es cosa de todos» y que «las leyes climáticas no afectan solo a ganaderos y agricultores, sino a todos».
El agricultor Carlos Duque argumentó que el sector «sigue igual que el año pasado». «Las normativas nos están ahogando, los mercados lo ratifican y desde Europa sólo tenemos lápidas. Nos están lapidando», lamentó. Al respecto, consideró que las administraciones “solo hacen que reírse de nosotros», cuestión que personalizó en el ministro de Agricultura, Luis Planas, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Tras las protestas de los primeros meses de 2024, las administraciones y las «clases políticas del país» trasladaron «buenas palabras», pero «ellos son los que sobran, los políticos, y lo que faltan son actos». «Ya estamos muy cansados y este año va a ser complicado», aseguró, para vaticinar «muchas manifestaciones» en un marco, dijo, de unión. «Nos ha costado, pero estamos unidos y prevemos que esta sea la primera de muchas manifestaciones más», manifestó.
Desaparición
Duque advirtió de que la agricultura «va a menos» y las administraciones aprueban medidas que «nos están acorralando». «Quieren que desaparezcamos», aludió, para señalar que si eso sucede, la gente del campo «sobrevivirá con tres cochinos y dos pollos», pero la gente de las ciudades, a los que pidió su apoyo, «lo va a pasar mal realmente».
Así, puso como ejemplo un kilo de garbanzos, que se está pagando a 0,55 euros «en el mejor de los casos» al productor, cuando en el supermercado oscila entre 1,5 y tres euros de media». «Tenemos que ir a quemar el Congreso de Diputados. Esa gente nos está lapidando, como en Europa. Esta gente va a conseguir lo que ellos quieren, que España sea la luz de Europa, que produzcamos luz para todos, con placas fotovoltaicas, porque el campo está bonito cuando hay cereales, pero cuando hay placas…», concluyó.
El sector primario crece un 11,5%
Por otro lado, el consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, en la rueda de prensa sobre contabilidad regional, destacó el buen comportamiento del sector primario en la Comunidad, en especial el agrario, con un crecimiento interanual del 11,5%, precedido del aumento del 10,8 y del 11,9% de los dos trimestres anteriores.
Sin embargo, Fernández Carriedo compartió las preocupaciones y reivindicaciones de los profesionales del campo, al reconocer que están inmersos en problemas «muy serios» por el precio de sus productos en el mercado y el aumento de los costes en productos como los fertilizantes, la energía o los impuestos y la limitación de los precios a determinados productos por parte del Gobierno de España.
