El Barcelona sufrió ayer para superponerse a la ausencia de Messi pero aún así batió por 0-1 al Málaga y sigue al frente de la tabla.
El equipo azulgrana mantuvo la solidez defensiva y así obtuvo su segunda victoria en la misma cantidad de choques jugados. Ahora comparte la cima de la tabla junto al Athletic de Bilbao, el Villarreal y el Atlético de Madrid.
Cesc Fábregas, conductor de la ofensiva en la primera mitad, y Neymar, que volvió a iniciar el partido sentado en el banquillo fueron lo mejor de un Barcelona más parecido al del final de la temporada pasada que al del 7-0 contra el Levante en el debut.
El cuadro catalán podrá ahora enfocar su atención exclusiva en el duelo del miércoles contra el Atlético de Madrid, en el que se definirá el campeón de la Supercopa.
Durante el inicio del choque, el conjunto visitante repitió varios de los problemas expuestos en el inicio del partido ante el Atlético: previsibilidad en la búsqueda de espacios y falta absoluta de sorpresa. Ante la falta de Messi, siempre capaz de desequilibrar, la delantera azulgrana se vio aislada del resto del equipo durante varios lapsos del juego. Alexis luchó y luchó sobre las bandas sin obtener demasiado rédito, mientras que Pedro propuso diagonales en velocidad sin que ninguno de sus compañeros recurrieran al pase.
Mientras tanto, el combinado local resignó la posibilidad de hacerse dueño del envite, entregó la pelota y formó un grupo de ocho hombres en los 25 metros iniciales para cuidar el cero de su portería.
Cesc fue el más destacado de los visitantes en la primera mitad. Tuvo la paciencia suficiente como para ver los huecos y romper las líneas rivales y fue el gran responsable de las escasas ocasiones de los azulgrana en los 45 minutos iniciales.
Alexis, con un tiro desviado, y una buena habilitación de Fábregas a Pedro, que el extremo no pudo controlar con criterio fueron las dos situaciones de mayor peligro protagonizada por el vigente campeón. Mientras, el Málaga tuvo la posibilidad de romper el empate con un buen tiro libre de Antunes que Valdés atajó con clase.
El primer gol se produjo en los instantes finales del primer tiempo. El brasileño Adriano, posiblemente el más optimista de su equipo, halló el espacio en un recorte hacia el centro y clavó un zurdazo desde 25 metros en el palo derecho de Caballero.
En la segunda parte, el equipo visitante encontró en el marcador la excusa suficiente como para jugar con más tranquilidad. Así y todo, el Málaga mantuvo el mismo guión y se dedicó a esperar en su campo que se le abriera un hueco para empatar.
Martino le dio la posibilidad a Neymar de jugar la última media hora y el brasileño se convirtió en el jugador más desequilibrante en la segunda mitad.
Piqué estrelló un cabezazo en el travesaño en lo que pudo ser una sentencia rápida del choque, mientras que Fabrice también se topó con el palo en una definición desde el punto de penalti y con Valdés totalmente desorientado. Al final, el meta ‘culé’ volvió a salvar a su equipo al detener a puro reflejos un cabezazo de Sebastián Fernández en absoluta soledad.
