En tiempos de “mili, uno de los chascarrillos que corrían entre los reclutas era aquel en que durante un ejercicio de tiro el sargento le dice al soldado ¿”Acaso tienes miedo a las balas?” “A las balas no mi sargento, mire- y aquel turuta se pasaba una bala por cara y cuerpo- lo que me asusta es la velocidad que llevan”.
Sanchez e Iglesias nos sorprenden a tirios y troyanos con un abrazo casi porno, para escenificar el que llaman “El pacto del progreso”. Nunca mejor dicho porque progresar lo que se dice progresar lo han hecho fulgurantemente los protagonistas. De seguir así deberemos gritar lo de aquel elector al ministro Natalio Rivas durante un mitin en Granada: “Natalico colócanos a tos”.
Después de la noticia del pacto me llaman amigos alarmados por lo que pudiera pasar de llegar ese acuerdo a buen término y tener que soportar las decisiones de un gobierno socialista-comunista. Y yo, acordándome de lo que el recluta le contestó al sargento, les digo que si solo fuera eso no tendría miedo, el temor me entra al pensar que para que el pacto triunfe hace falta el plácet de independentistas catalanes y vascos, filoetarras y revolucionarios antisistema, y a buen seguro que el apoyo no lo darán gratis; manos a las carteras porque para poder atender tanta petición y que Sánchez sea presidente e Iglesias vice nos van a desplumar moral y económicamente
Siempre lo he dicho y ahora lo mantengo: alguien que llega a presidente del Gobierno no puede ser tonto y Sánchez, que de tonto no tiene un pelo, sabe que ese pacto no va a llegar nunca a ningún lado. Como sabe también que si hace vice a don Iglesias y cede ante Esquerra y Bildu pierde de entrada la mitad de los votos que ha obtenido ¿Por qué entonces lo publicita con tanta rapidez y tanta alharaca? Algunos sesudos comentaristas lo achacan al pánico de ambos por el pésimo resultado electoral que han tenido y el avance de la derecha conservadora, pero digo yo, aportando mi pequeño grano de arena: imagine querido lector cómo tiene que estar el mundo económico – financiero español, europeo y americano con este anuncio, la sangre ha dejado de circularles por su circuito monetario, y seguro no habrán tardado ni un segundo en llamar a Casado y exigirle que se ponga a disposición de Sánchez y trate de abortar este pacto suicida. Y el del PP, que estaba dispuesto a sentarse a negociar con los socialistas y apretar las tuercas al del PSOE, se encuentra ahora con que quien puede le exige, para salvar España, que de su apoyo sin condiciones, justo lo que Sánchez está soñando desde el mes de abril. Gran jugada del maestro de trileros: asusta a media España con un pacto con trampantojo, consigue la rendición sin condiciones del líder de la oposición, y sigue en la Moncloa y en el avión.
Pero Casado podría condicionar su apoyo para que los socialistas pudieran formar gobierno a que fuera otro socialista el candidato a la investidura. Ese gesto se complementaría con un pacto de Estado sobre los asuntos más importantes para conseguir una legislatura estable. Cuando he comentado esta posibilidad con personas sensatas he recibido prácticamente la misma respuesta: Sánchez se carga a su partido y a España antes de dar un paso al lado. Y tienen razón, nada podemos esperar de este obseso del poder, de esta figura vacía de conocimientos y principios y llena de odio y afán de mando, pero hay muchos otros socialistas de bien, no lo olvidemos Gordio, habitante de Frigia, elegido rey, ató lanza y carro con un nudo imposible de desatar, aquel que lo lograra alcanzaría el poder sumo y fue Alejandro el Magno el que lo desató cortándolo. Cortar es una audaz maniobra, con riesgo, pero con la seguridad de que este valiente paso puede ser la solución a la grave situación en la que nos encontramos. La noche en que Alejandro cortó el nudo gordiano el cielo fue un festival de truenos y relámpagos; Zeus había aprobado la valiente y decidida acción y el estratega más grande de todos los tiempos conquistó el mundo.
