La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) ha adquirido un grabado original e inédito del genio de Fuendetodos, Francisco de Goya, una obra de extraordinaria rareza ya que por error en el proceso de estampación se mezcló una de las mitades de un paisaje con otra mitad de otro.
La obra, titulada ‘Paisaje con peñasco, construcciones y cascada’, es una prueba en la que el estampador, por error, mezcló las matrices de los dos únicos paisajes que grabó Goya, dos escenas realizadas a finales del siglo XVIII de las que apenas se localizan ejemplares.
Este “nuevo grabado” se estampó como prueba entre 1910 y 1917 en la Calcografía Nacional y la Diputación de Zaragoza lo ha adquirido a un coleccionista privado con un coste de 15.000 euros, según detalló el vicepresidente primero de la institución, Martín Llanas, la diputada delegada de Cultura, Cristina Palacín, y el coordinador de Proyectos y Difusión Cultural, Ricardo Centellas.
La pieza se expondrá en el Museo del Grabado de Goya de Fuendetodos y no se conoce que se halle en ninguna otra colección pública, ni en España, ni en el extranjero, lo que le otorga un enorme interés. Las técnicas empleadas por Goya en su realización fueron el aguafuerte, el aguatinta bruñida y el buril. El grabado fue estampado sobre una hoja de papel verjurado con filigrana del fabricante español José Guarro y la hoja mide 317 por 450 milímetros.
Para Cristina Palacín “hoy es un día grande” para la institución provincial al dar a conocer este hallazgo que es fruto “del azar y la causalidad”, pero también del esfuerzo que realizó la Diputación de Zaragoza desde los años 80 en la promoción de la cultura y el arte junto a los municipios de la provincia.
En el caso de Fuendetodos, en 1989 se adquirió el edificio que ahora ocupa el Museo del Grabado y que acoge todas las series de grabados del pintor. Además, en 1997 se formó el Consorcio Goya-Fuendetodos para difundir la obra del maestro aragonés, a la que ahora se suma este grabado inédito.
Ricardo Centellas remarcó que se trata de un grabado “singular y raro”, fruto de un error al mezclar en el proceso de estampación una mitad de uno de los paisajes con otra mitad del otro. En ambos aparece una gran piedra en la zona central y su mezcla da lugar a un nuevo escenario protagonizado también por un gran peñasco.
Goya creó una extensa obra gráfica y Centellas situó el origen de sus dos únicos paisajes en el periodo comprendido entre la realización de los ‘Caprichos’ y los ‘Desastres de la Guerra’, a finales del siglo XVIII.
Ambos están protagonizados en su centro por una gran roca, en uno de ellos con una cascada y el otro con una edificación, y en ambos casos el paisaje adquiere “un aire tenebroso”, dejando ver a unas personas con tamaño “liliputiense” asomándose al vacío en la parte derecha de una de las estampas, con nubes amenazadoras de tormenta.
Este tema es excepcional en la obra gráfica de Goya, ya que solo lo trató en esos dos grabados. Además, los ejemplares estampados de esos paisajes fueron escasos y prácticamente no se difundieron. Sin embargo, de esas obras acabó saliendo el grabado que compró la Diputación de Zaragoza.
La Guerra de la Independencia (1804-1814) llevó a Goya a realizar la serie ‘Los Desastres de la Guerra’, una de las obras maestras del grabado universal. Para estamparla, el pintor necesitaba más de ochenta láminas de cobre para utilizarlas como matriz durante el proceso de estampación.
Como no disponía de ellas debido a la situación de escasez que generó la contienda, el genio de Fuendetodos se vio obligado a reutilizar los cobres empleados para las matrices de los dos paisajes estampados a finales del XVIII. De esta forma, en el reverso de esas dos matrices Goya grabó varias escenas de ‘Los Desastres’. Para aprovecharlas mejor, incluso las partió en dos.
La serie de ‘Los Desastres de la Guerra’ no se puso nunca a la venta, ni se distribuyó. La primera edición se realizó en 1863 en los talleres de la Calcografía Nacional de Madrid, que un año antes había comprado los cobres.
