Bye, bye, arsénico. Ituero y Lama acaba de decir adiós al elemento elemento químico que, desde hace casi una década, impedía a los vecinos beber el agua del grifo. El pasado fin de semana, el Ayuntamiento inauguró una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) que, en palabras del alcalde, Miguel Aparicio, “resuelve definitivamente el problema”.
Durante años, los niveles altos de arsénico en el agua únicamente se detectaban en los meses más cálidos. Pero, desde hace cuatro años, en todos los análisis realizados aparecía este elemento químico en una concentración superior a la permitida. En vista de la situación, el Ayuntamiento quiso, como primera alternativa, llevar agua al pueblo desde la presa de El Tejo, en El Espinar, pero la fallida ampliación de dicha infraestructura hizo ver a la corporación la conveniencia de apostar por otra línea. Y ahí fue donde surgió la idea de instalar una planta de potabilización de agua capaz de eliminar el arsénico.
Para el alcalde de Ituero y Lama, la puesta en funcionamiento de la planta de potabilización es un hecho histórico para el pueblo, “comparable al de la llegada de la electricidad”. Aparicio sostiene que el adiós al arsénico supone solucionar “el problema más importante” de Ituero y Lama, un municipio pequeño, de menos de 400 empadronados, aunque con un elevado número de viviendas —en torno a 1.200—, la mayoría ubicadas en urbanizaciones.
“A mucha gente que tiene vivienda en urbanizaciones de aquí la chocaba que, en pleno siglo XXI, no pudiera beber agua del grifo”, aseguraba Aparicio, quien insistía que, a partir de ahora, “se vuelve a la normalidad”.
La planta de potabilización, con capacidad para tratar 50 metros cúbicos a la hora, ha supuesto una inversión de 262.435,50 euros, de los que el Ayuntamiento ha recibido 63.500 en subvenciones.