Digo nuestro amigo y creo decir bien, porque Pepe Castrillo fue siempre muy amigo de sus amigos, incluso de aquellos que no llegamos a ser merecedores de su sincera, honesta y desinteresada amistad. A Pepe se le ha llevado de esta vida la última hora, la que mata y la que sucede a todas las anteriores que ya venían hiriendo anunciando con tiempo la llegada de esta maldita y postrera, que ha podido más que los esperanzadores deseos de mantenerle entre nosotros.
De Pepe estos días se ha destacado en las apresuradas notas necrológicas difundidas por los medios, sobre todo su condición de hábil comunicador y de persona destacada en el mundo de la información. Se ha reseñado con gran énfasis su trayectoria profesional, no exenta de polémicas por convertirse siempre en paladín de causas que, a su parecer, parecían justas y que defendía con las vehementes flechas de su verbo directo, lanzadas al aire, inicialmente desde su emisora amiga, Radio Segovia. Después y sin solución de continuidad, desde Palencia, desde Málaga y desde Valladolid, siempre portando el escudo de la cadena SER, como su señal de identidad profesional más fiel.
Pero a Pepe le dio tiempo en la vida a desarrollar un gran número de actividades que acometía con la misma intensidad y celo que mostraba en su aparición en las ondas. Quisiera aquí, en estas breves líneas hacer referencia a lo que constituyó su segunda pasión, el mundo del deporte, en el que tuvo un gran protagonismo en Segovia, primero como informador deportivo y sobre todo como dirigente. Quizá fuera esta actividad la que le haya granjeado mayor número de amigos. De hecho fueron pocos los que faltaron a despedirle y que constituyeron la inmensa mayoría de las personas que nos hicimos presentes en la segovianísima iglesia de San Millán.
¿Y cual fue esta trayectoria deportiva? Posiblemente se iniciaría con su participación directa en la formación del primer equipo juvenil de la G. Segoviana, a finales de los años sesenta, que de la mano de los queridos e inolvidables Mariano Gutierrez “Chocolate” y Narciso Abad, gestionaron un grupo de jugadores que constituirían la base del primer equipo durante muchos años, entre otros, allí estaban en un primer momento, los Malaquías, Nando, Mariano, Juanjo a los que se irían incorporando en años sucesivos los Ernesto Cuéllar, Vegas, los hermanos Cerezo, Valeriano, Bellota y un largo etcétera. Dos o tres años después y con los mismos responsables técnicos, montaría el equipo juvenil del C.D. Acueducto, cantera de la que se nutrirían los equipos de futbol segoviano tanto del club de origen como de la Segoviana. En aquel primer equipo jugaban los Varas, Lozoya, Juan Antonio, Esteban, Ignacio, Chiqui, Valentín, Romano y quien esto les cuenta, aunque con una menor presencia en los terrenos de juego, participé de aquel espíritu competitivo insuflado por Pepe, siempre con respeto al adversario. De un posterior equipo juvenil acueductista, siempre bajo el control tutelar de Pepe, procedían la mayor parte de los jugadores del Instituto Andrés Laguna, que se proclamaron campeones de España de fútbol escolar en 1977: Rodrí, Pepe Ayuso, Emilio Fuentetaja, Aquilino, Valiente, Sevillano y Pedro Pablo, entre otros. Las buenas relaciones que mantenía Pepe con los dirigentes del Atlético de Madrid, posibilitaron que un buen número de jugadores segovianos probaran suerte en las divisiones inferiores del equipo colchonero. Que uno recuerde: Malaquías, Ángel Cerezo, Paco Miguelañez, Susi, Javier Arroyo, Sevillano y Pedro Pablo. Este último, el actual delegado del Atlético, fue el único que llegaría o a jugar en el primer equipo.
Años más tarde ocuparía Pepe la Delegación Provincial de Fútbol y desde allí organizaría la primera competición entre los pueblos, la denominada inicialmente como la Comarcal y sobre todo llenaría de campos la provincia con sus gestiones en la antigua Federación Castellana con sede en la calle Ferraz de Madrid, que presidía su amigo Adolfo Gil de la Serna. La Federación se hacía cargo del 50% del coste de construcción y el otro 50% lo asumían a partes iguales entre la Diputación y los Ayuntamientos. Alguna gestión haría también Pepe para conseguir que en Segovia residiera la selección de Austria en el mundial de España de 1982, para lo que fue necesario instalar el césped en el estadio de la Albuera, con cargo al Comité organizador. Después sería designado como Delegado en Segovia del Consejo Superior de Deportes y allí repetiría la misma política para dotar de instalaciones a la provincia, especialmente con la construcción de frontones multiusos y pistas polideportivas, esta vez repartiéndose la financiación a terceras partes entre CSD, Diputación y Ayuntamientos. Por último, gestionaría la construcción del frontón Segovia de nuestra ciudad, a través de un beneficioso acuerdo con la Federación Española de Pelota a Mano.
Nunca se vanaglorio de todo lo conseguido pues siempre entendió que cuando uno cumple con lo que está obligado, no necesita reconocimiento alguno. En cualquier caso le sirvió para ir acumulando amigos, amigos a los que ahora nos ha dejado huérfanos sin su presencia, pero que nunca permanecerá ausente entre nuestros mejores recuerdos. Amigo Pepe, todos te echaremos de menos. Descansa en paz.
