Adelantar el inicio del horario de carga y descarga en la Calle Real a las 7,30 horas, como recoge la modificación de la Ordenanza de Circulación aprobada en el pleno de noviembre, colisiona con lo establecido en la Ordenanza municipal de Ruido y Vibraciones que, al igual que la Ley del Ruido de Castilla y León, establece el horario nocturno entre las 22 y las 8 horas.
El portavoz de la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado, Pedro Montarelo, no oculta cierto disgusto por la manera en la que se pretende resolver el problema del tránsito de vehículos y personas por esta céntrica calle peatonal y comercial de la ciudad. Además de recordar que este colectivo propuso, desde la primera reunión, limitar el horario de mañana hasta las 10,30 horas, pero comenzando a las 8, este responsable vecinal cuestiona que adelantar el inicio del periodo de carga y descarga no perjudique al descanso de los vecinos, como afirmó la alcaldesa, teniendo en cuenta, por otro lado, que las propias empresas distribuidoras, sobre todo al sector de hostelería, han reconocido que se trata de una actividad ruidosa, por el movimiento de cajas de botellas, por ejemplo.
Desde AVRAS señalan a la citada Ordenanza de Ruido, en vigor, que en su disposición adicional primera establece el horario nocturno hasta las ocho de la mañana, aunque en el Artículo 59 también indica que las actividades de carga, descarga y reparto estarán sujetas a los horarios establecidos en la correspondiente ordenanza municipal de circulación.
La Ley 5/2009 de 4 de junio, del Ruido, aprobada por las Cortes de Castilla y León, es la fuente de esa distinción entre el horario diurno y el nocturno e igualmente señala en su disposición adicional décima que el horario nocturno es el comprendido entre las 22 y las 8 horas, aunque añade que los ayuntamientos podrán modificar en mas/menos una hora los horarios, excepto los utilizados en la evaluación de ruido ambiente.
Por otro lado, Montarelo señala el peligro de una medida aprobada unilateralmente, sin acuerdo con partes directamente implicadas, porque corre un grave riesgo de fracasar y, en este sentido, dice que ha habido falta de flexibilidad negociadora por ambas partes, los responsables municipales y el sector del comercio.
Este portavoz de la asociación de vecinos del recinto amurallado indica otro posible peligro, como que los conductores de vehículos de reparto, con el objeto de no ser sancionados por permanecer en zona peatonal después del periodo de carga y descarga, circulen a una velocidad inadecuada.
La alcaldesa, Clara Luquero, ha informado de que previsiblemente la modificación de los horarios de carga y descarga se aprobará definitivamente la semana que viene, en el pleno de la corporación previsto para el viernes 26 de febrero. Ha comentado, igualmente, que en periodo de información pública se recibieron tres alegaciones presentadas por el Grupo Municipal Popular, la ACS (Agrupación de Comerciantes Segovianos) y la asociación zonal de comercio y hostelería DeCalles.
Luquero añadió que el equipo de Gobierno municipal prevé que la modificación entre en vigor en torno al 20 de marzo, una vez se publique en el Boletín Oficial de la Provincia.
Como se recordará, la alcaldesa, tras el inicio del mandato corporativo, insistió en adelantar el horario de carga y descarga, principalmente en la Calle Real por los problemas que genera la concentración de vehículos y peatones durante la mañana, con el consiguiente riesgo de accidentes.
Sin embargo, a pesar de que se celebraron varios encuentros con comerciantes, hosteleros, vecinos y otros colectivos y entidades afectadas, no se llegó a un consenso sobre la medida que tampoco fue bien recibida por la oposición, aunque el concejal de IU, Ángel Galindo, se abstuvo en la votación del pleno de noviembre en el que se aprobó inicialmente el cambio.