Miles de hectáreas de bosque y vegetación natural han ardido a causa de los incendios que, desde ya hace algunos años, azotan a España. Solo imaginar el fuego que avanza sin control conmociona. En los que viven cerca, se genera una gran tristeza e incertidumbre. Sentir que las llamas pueden acercarse a sus hogares, desespera. Para los trabajadores rurales, vivir esos minutos en los que el trabajo y el esfuerzo de tantos meses es devorado vorazmente por el fuego, causa desesperación e impotencia.
Y la mayor parte de los españoles sufre ante la destrucción de paisajes ricos en vida natural. Mucho de lo que se destruye tardará décadas en recuperarse. Y una gran parte dejará de existir para siempre. Más de 73.500 hectáreas han sido destruidas por el fuego en lo que va del año, y aún existe riesgo de que los incendios sigan con su acción de exterminio.
Se ve el fuego y el humo, se ven los árboles, los pastos y hasta cosechas y construcciones encendidos. Pero también muere lo que no se ve, esa multitud de animales que viven en los terrenos incendiados. Son víctimas invisibles que luchas por sobrevivir y no encuentran escapatoria.
¿Qué pasa con los animales que pueblan las zonas incendiadas?
Es devastador el impacto sobre los animales que habitan en las zonas afectadas por los incendios. Muchos de ellos, especialmente los más lentos, mueren atrapados por el fuego o por inhalación de humo. Las crías son las más vulnerables. Pero aún los que pueden escapar del fuego, se encuentran luego con que sus hábitats han sido totalmente destruidos. Ya no tienen sus cuevas, nidos, refugios. No encuentran alimento ni agua limpia.
Los sobrevivientes intentan desplazarse a zonas desconocidas, donde deben competir con otras especies. Los ecosistemas se desequilibran, aumentan los problemas de desaparición de especies, la invasión de espacios donde habitan las personas, y, por tanto, los conflictos.
El lince ibérico en riesgo
Casos preocupantes son los de las especies endémicas. Son las que viven exclusivamente en una región geográfica determinada y que no se las encuentra en estado natural en otro lugar del mundo. El lince ibérico es una de estas especies endémicas de la península ibérica. Solo vive en forma silvestre en España y Portugal. Es una especie que está protegida por programas de recuperación. Más del 85% de estos linces están en España.
Los incendios forestales de este año están amenazando al lince ibérico. Existen zonas de reproducción natural en Extremadura, Castilla y León y Andalucía. En ellas, miles de hectáreas de monte mediterráneo han sido arrasadas. Algunos linces han abandonado sus territorios, lo que podría provocar un desequilibrio por conflictos con otras especies. En tiempos de estrés, la reproducción disminuye, y los linces se vuelven especialmente vulnerables.
Además, los conejos también están siendo diezmados. Y es una de las principales presas alimentarias de los linces. Toda una cadena de consecuencias que es muy difícil controlar.
¿Qué pasa con los grandes ejemplares de especies salvajes?
Las grandes especies también sufren las consecuencias de los incendios. Animales como los ciervos y jabalíes intentan huir de las llamas. Muchas veces se desplazan a zonas agrícolas o urbanas y se vuelven un problema para las personas. La destrucción de su hábitat natural y la muerte de especies menores hace difícil encontrar alimentos. A esto se agrega la contaminación del agua y del aire, que afecta la salud de los animales. Las cenizas contaminan todo el espacio, y perjudican también a las especies acuáticas.
La Red Natura 2000 ha difundido una lista de las especies en peligro por los incendios del 2025 en España. Las más vulnerables son el oso pardo, el urogallo cantábrico, el águila imperial ibérica, lince ibérico, el buitre negro, el alimoche europeo, la cigüeña negra, el águila real, y las abejas silvestres.
Algunas organizaciones realizan un monitoreo satelital para seguir la evolución de estas especies claves. Además, se prevén planes de restauración ecológica. Será largo y complejo el camino para contrarrestar, aunque sea parcialmente, el efecto de los incendios