El baño corporal es esencial para la higiene personal. Tiene beneficios importantes para la salud, tanto a nivel físico como mental. A lo largo del día la piel acumula sudor polvo, células muertas y diversas impurezas. Si no se eliminan adecuadamente, se pueden generar irritaciones o problemas dermatológicos.
Al bañarse, la persona elimina estos residuos, y esto ayuda a prevenir infecciones cutáneas. Además, el baño tiene efectos beneficiosos sobre la circulación sanguínea. El agua tibia o caliente favorece la dilatación de los vasos sanguíneos que estimula la circulación. Como resultado, se experimenta sensación de bienestar, de alivio del cansancio y de la tensión muscular.
El baño corporal en las diferentes culturas
La frecuencia con la que una persona debe bañarse varía significativamente según la cultura, las costumbres y las creencias de cada sociedad. En muchas culturas occidentales, especialmente en una parte de Europa y en los Estados Unidos, el baño diario ha sido considerado como una norma.
La medicina moderna y las campañas de salud pública en esos países ponen de relieve la higiene como un factor primordial de la sanidad.
En algunos países de Asia, la ducha para higienizarse no es tan frecuente. Se realizan baños rituales enfocados a la relajación y el bienestar y no tanto en la limpieza diaria.
En general, la frecuencia con la que una persona se baña depende también del clima y de los recursos disponibles, como el acceso al agua. Lo cierto es que no existe un criterio único acerca del baño, sino diversidad de prácticas. ´
La polémica de años: con cuánta frecuencia una persona debe bañarse
La frecuencia con la que una persona debe bañarse ha sido un tema de debate y polémica en los últimos años. A la idea de que bañarse a diario es esencial para la higiene personal, se han presentado dudas, sugiriendo que no es necesario ni es lo mejor.
Quienes sostienen esta idea, se basan en la naturaleza humana. Argumentan que la piel humana naturalmente tiene una barrera natural de aceites y bacterias que la protegen, que evitan infecciones y mantienen el equilibrio sanitario.
Con esta visión, algunos especialistas opinan que bañarse demasiado seguido destruye esta protección natural de la piel. En especial, inciden los productos que se usan en el baño corporal, cuya agresividad puede eliminar los aceites naturales y resecar la piel.
Sin embargo, por otro lado surge la necesidad de bañarse a diario en climas cálidos, al hacer ejercicio o en situaciones que impliquen una mayor exposición al sudor o a la suciedad.
Generalmente la actividad física está asociada con la edad. Esto hace que las personas mayores, que tienen poca actividad física, no requieran de baños frecuentes. El cuerpo se ensucia menos, está menos expuesto. En estos casos, los expertos recomiendan no bañarse todos los días.
Hay que considerar que a partir de los 65 años la piel es más fina y delicada, por lo que los abusos en los baños pueden perjudicar mucho.
¿Cuántas veces a la semana es necesario bañarse?
Queda claro que la intensidad de la actividad y el clima son dos factores que inciden en la cantidad de baños semanales recomendables para una persona. Sin embargo, una opinión muy difundida es que será suficiente con bañarse dos veces a la semana para mantener una correcta higiene de la piel.
Con respecto a los adultos mayores la Dra. Sylvie Meaume, jefa del Departamento de Curación y Heridas Geriátricas del Hospital Rothschild, explica que a partir de los 65 años es aconsejable enjuagarse el cuerpo todos los días. Pero se debe usar jabón solo en dos baños a la semana.
Al reducir las duchas es importante mantener la higiene de algunas áreas del cuerpo como las axilas, los dedos de los pies, las partes íntimas. En estas partes del cuerpo se acumulan más bacterias y se produce mal olor.
Cada persona ajustará su baño corporal a su situación y a sus necesidades.