Por un lado, casi todos esperamos con ansias el verano para disfrutar de playas, lagos y ríos, ya que es nuestro período vacacional por excelencia, y para alejarnos de las bajísimas temperaturas de otoño e invierno. Por otra parte llega un momento, que este año comenzó bastante temprano, en el que el calor se hace insoportable.
Como en años anteriores, los días calurosos llegaron incluso antes del comienzo oficial del verano, y son varios los ambientes en nuestro hogar que dejan de ser confortables para convertirse en verdaderos hornos. Es en estos momentos cuando agradecemos los distintos trucos para hacer estos espacios más agradables, sin tener que gastar más en el intento.
El truco alemán para enfriar una habitación
En verano se deja el aire acondicionado para las horas más críticas, y no todas las habitaciones están al alcance de los ventiladores, que en algunos días solo mueven de un lado a otro el aire caliente. Por esta razón hay que buscar otras alternativas para bajar la temperatura en estos espacios.
Existe una manera, que se le ocurrió a los alemanes, bastante fácil de bajar la temperatura en una habitación utilizando una botella de plástico de 1,5 litros llena de agua y un congelador.
Solo hay que llenar la botella, aunque no completa, y ponerla a congelar. Es importante no llenarla completamente porque el agua al convertirse en hielo se expande y la botella se va a agrietar o a romper.
Una vez que la botella esté bien congelada, solo hay que colocarla en una repisa alta o encima de un armario, y dejar que allí el hielo se vaya derritiendo. La botella va a crear una corriente de aire frío que va a descender y a contribuir a bajar la temperatura en varios grados.
En habitaciones pequeñas este truco puede servir para disminuir la temperatura entre 3 y 5 grados, y puede proporcionarnos una noche más tranquila y menos calurosa. El truco va a funcionar de 2 a 6 horas, dependiendo del tamaño de la habitación y de qué tanto calor esté haciendo.
Cómo hacer más efectivo este truco
En primer lugar, colocar la botella en la habitación un par de horas antes de acostarnos y mantener la puerta cerrada, para que el aire fresco se mantenga más tiempo. Igualmente hay que tener una botella adicional en el congelador para reemplazar la primera botella cuando esta se haya calentado o derretido por completo.
Otra manera de aprovechar mejor este truco alemán es tener un ventilador en la habitación, para que el aire fresco se difunda más rápido.
Este truco no sustituye el efecto de un aire acondicionado, pero puede servirnos en habitaciones que no tengan este equipo o donde no llegue su cobertura.
La idea que proponemos no consume electricidad (por lo general el congelador, si es parte de la nevera, está encendido siempre); es un modo de reciclar botellas de plástico y no genera ningún coste adicional. Todo lo que necesitamos lo tenemos a mano.
Incluso en viviendas con aire acondicionado, este truco contribuye a reducir su uso, con lo que podemos ahorrar un poco con la electricidad, o a hacerlo más eficiente para mantener una temperatura agradable con menos esfuerzo.
Algunas recomendaciones
Si vas a utilizar un ventilador apúntalo directamente a la botella, para que el aire se enfríe y circule más rápido. Es útil botellas de 1,5 y 2 litros para que el aire se mantenga frío más tiempo; no dejes las botellas expuestas al sol, porque van a durar menos y su efecto no va a ser el esperado. Por último, coloca las botellas encima de un recipiente, para recoger el agua que pueda exudar.