Junto con el agua y el té en sus distintas variedades, el café es una de las tres bebidas más consumidas en todo el mundo, y desde su descubrimiento en las tierras altas de Etiopía en el siglo XV, hasta nuestros días, ha generado debate en torno a sus posibles virtudes y defectos.
Se conocen sus propiedades para mantenernos despiertos y alertas, incluso cuando ya deberíamos estar durmiendo, pero también se le acusa de generar nerviosismo y síndrome de abstinencia.
Algunos de sus efectos comprobados
Más allá de las conversaciones de sobremesa o en torno a una taza de café, diferentes estudios han determinado que un consumo moderado de esta infusión puede contribuir a disminuir el riesgo de diabetes tipo 2 y de párkinson en un 30%, y de cáncer y de accidente cerebrovascular en un 20%.
Otra investigación, realizada por el NIH (Estados Unidos) y en el que participaron 260.000 personas, determinó que las personas que ingieren entre 3 y 4 tazas diarias de café tienen un 10% menos de probabilidades de deprimirse.
A esto hay que agregar que el café puede mejorar nuestra capacidad de aprendizaje. Otro estudió comprobó que tomar una bebida con cafeína después de estudiar aumentaba la capacidad para recordar lo aprendido hasta 24 horas después.
El truco de los 7 días
Sin embargo, los efectos del café para estar alertas o para mejorar la memoria tienen una limitación que es similar a la de otras drogas, y es que si lo tomas todo el tiempo vas a necesitar una dosis mayor para lograr los mismos resultados.
Dicho de otro modo: la cafeína evita que la adenosina, un compuesto orgánico que, entre otras propiedades y funciones, tiene un efecto sedante, se una a los receptores del cerebro, manteniéndonos así alertas y despiertos. Sin embargo, cuando esto se repite con frecuencia el cerebro crea más receptores, por lo que hace falta más cafeína para tener el mismo efecto.
¿En qué consiste el truco de los siete días? Si queremos que la misma cantidad de café vuelva a tener el mismo efecto debemos hacer una pausa de 7 días, y luego retomar el consumo moderado de esta infusión.
Si nos parece demasiado interrumpirlo de golpe, o nos da dolor de cabeza, también podemos reducir el consumo al mínimo, dejando solo la taza de la mañana, durante 7 días. De este modo conseguiremos que los receptores de adenosina disminuyan y vuelvan a su número habitual.
Esta información se obtuvo durante un estudio realizado con ciclistas en 2019, en el que se pudo comprobar que el café tenía el efecto esperado durante los primeros 15 días, aumentaba la sensación de energía y una aptitud más despierta. Pero luego comenzaba a desaparecer hasta no hacer ningún efecto, a menos que se aumentara la dosis de café.
Otros beneficios del café
Hacer el estudio con ciclistas no fue un capricho, porque otro de los beneficios del café, además de los mencionados al principio, consiste en mejorar el rendimiento físico, al contribuir a aumentar la cantidad de adrenalina en la sangre.
Esta deliciosa bebida también contiene antioxidantes, que ayudan a prevenir el envejecimiento y a mantener la piel tersa. Junto a todo lo anterior, investigaciones recientes señalan que el café puede proteger el corazón de algunas enfermedades cardiacas, aunque es importante consultar con un médico si se sufre de hipertensión y de colesterol alto.
También es posible que ayude a prevenir el alzhéimer, y en muchas personas tiene el efecto de aplacar los dolores de cabeza. Y hay quienes afirman que dos tazas de café al día pueden ser incluso muy beneficiosas para el hígado.
