Para una empresa, conocer la personalidad de los candidatos a un puesto de trabajo es un aspecto clave en el proceso de contratación. No solo permite evaluar sus competencias técnicas, sino también su ajuste a la cultura de la empresa y a las condiciones para adaptarse en el equipo.
Más allá de la experiencia y los conocimientos, la forma en que una persona se comporta, se comunica, resuelve problemas y gestiona sus propias reacciones influye en su rendimiento y en la dinámica laboral.
Un candidato con una personalidad acorde al sistema de la empresa tendrá más probabilidades de adaptarse rápidamente. Además, conocer estos rasgos ayuda a prever su comportamiento, desde el trabajo en sí mismo hasta la interacción con clientes o compañeros. Es una manera de reducir los riesgos de conflictos.
Es natural que las empresas incluyan en sus procesos de selección test y procedimientos que les permiten tener una idea de estas condiciones que son propias de cada persona.
Por lo tanto, toda persona que se presenta a una entrevista laboral debe saber que no solo se lo evaluará por sus competencias específicas y su currículo. Su personalidad ocupará un lugar destacado en el objetivo de la evaluación.
El «test de la silla»: una prueba que muchos candidatos no saben que existe
Cuando un candidato se presenta a una entrevista de trabajo, se prepara anticipando el desarrollo de la misma. Pero seguramente no sepa que existe el «test de la silla». Es una técnica en la que se examina a los candidatos de manera exhaustiva y sin que se den cuenta de que están siendo observados.
En realidad, el postulante no hace nada específico. La evaluación no se centra en el hacer sino en cómo se comporta, en sus reacciones, es decir, en su comportamiento en general.
¿Qué es «el test de la silla»? Es una técnica de evaluación para analizar especialmente la actitud, la personalidad y las habilidades interpersonales de los candidatos.
El test suele usarse en el entrenamiento del Cuerpo de Oficiales de los Estados Unidos. Un integrante explicó cómo había vivido el test de la silla durante su entrenamiento.
Explicó que en el momento de la entrevista con un oficial superior, se le indicó que se sentará en una silla frente al escritorio en el que se encontraba quien lo entrevistaría. Junto a esta silla, ligeramente más alejada del escritorio, había otra.
Cuando el candidato se sentó, sintió que la silla se tambaleaba porque tenía una pata más corta. ¿Qué permitía evaluar el test en esta ocasión? Si el solicitante era lo suficientemente decidido y valiente para interrumpir la entrevista y solicitar cambiar la silla.
Existen otras variantes del «test de la silla» en la que la silla es el elemento motivador que provoca reacciones. En algunas situaciones se usa como obstáculo que genera un problema o un desafío.
Ejemplos de tácticas para analizar al aspirante
Estas reacciones se ponen en evidencia la capacidad para resolver problemas emergentes y gestionar situaciones instantáneas con recursos limitados, entre otros rasgos de personalidad. En la actualidad este test se usa en el ámbito empresarial.
Existen otras estrategias de evaluación de personalidad que tienen objetivos similares a los del «test de la silla». Algunas de ellas son sorprendentes.
Por ejemplo, la observación del comportamiento del candidato al beber un vaso de agua que se le ofreció en el momento de la entrevista. Los expertos dicen que beber el agua a ritmo tranquilo demuestra confianza. Si se caen gotas, se demuestra responsabilidad. Si se rechaza el ofrecimiento del agua es porque la persona se siente incómoda.
Aunque no son métodos científicos ni totalmente objetivos, estas técnicas pueden ser herramientas útiles para evaluar aspectos de la personalidad que no aparecen en el currículo.
Por lo tanto, los candidatos a entrevistas laborales deben tener presente que sus comportamientos pueden definir el éxito de la postulación.
