Las recientes protestas contra los efectos de un turismo excesivo son una muestra de que se trata de una de esas industrias en las que tener demasiado éxito puede ser un verdadero fracaso. En España sigue siendo la principal actividad económica, pero es evidente que el incremento de la actividad turística también ha tenido impactos negativos.
Escasez de vivienda y alquileres más altos, una mayor presión sobre servicios básicos como la electricidad y el agua, impacto ecológico, inflación, problemas de tráfico. Estos son son algunos inconvenientes que acompañan el turismo sin control, o demasiado exitoso, y que han llevado a algunas ciudades y regiones a tomar medidas, a menudo como respuesta a las protestas de sus ciudadanos.
¿Galicia se une al movimiento antiturismo?
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, anunció hace pocos días que la ciudad comenzará a cobrar una tasa turística a los visitantes que lleguen y utilicen los servicios. Y lo hagan hospedándose en establecimientos y viviendas registradas para uso turístico, y que incluirá también a los pasajeros que llegan en cruceros. El impuesto podría estar entre 1 y 2,5 euros por día y va a variar dependiendo del tipo de alojamiento. Se dice también que será durante un máximo de 5 noches, algo que ya está contemplado en la normativa autonómica.
No es una medida de aplicación inmediata, pues hace falta aprobar una ordenanza donde se especifique de cuánto será la tasa y cómo se aplicará. El objetivo es utilizar los recursos que se obtengan con este impuesto para corregir los efectos no deseados que el turismo produce en los servicios básicos, la naturaleza y otros espacios.
El alcalde negó enfáticamente que la medida tenga un carácter disuasorio, o que la intención sea limitar el número de visitantes: “¿A alguien que paga 100 euros por un hotel le va a preocupar pagar 1,5 euros? No”. Y también aprovechó para negar que actualmente el turismo tenga un impacto negativo en la ciudad o en las islas Cíes.
En 2023, Caballero se opuso firmemente a que se cobrara una tasa de 5 euros a los turistas y visitantes que llegaban a la ciudad o iban a visitar las islas.
Una tasa para fortalecer los servicios y compensar el impacto del turismo
El alcalde señaló que la propuesta no partió de ellos sino del sector de hostelería:
“Dijeron que ellos estaban dispuestos a cooperar. No fue idea mía, me lo plantearon ellos, lo cual habla mucho en su favor. Es su deseo de que el conjunto de la ciudad se beneficie de forma directa e indirecta también a través de inversiones que hagamos a través del ayuntamiento. El turismo es una fuente de recursos muy importante”.
A su vez, Daniele Provezza, presidente de Ashovi, la Asociación de Hoteleros de Vigo, señaló que se trata de una medida importante para que la ciudadanía sienta que el turismo aporta un poco más, más allá de todos los beneficios e ingresos que actualmente genera:
“Habrá un retorno para que sea sostenible el turismo en la ciudad y se ayude al mantenimiento de las instalaciones, limpieza y demás servicios que utilizan los turistas”.
Cómo se aplicará la normativa y de cuánto serían los ingresos adicionales
La tasa turística variará de acuerdo con el tipo de alojamiento, y podrá ser de 1 euro en espacios como albergues y campamentos turísticos, de 1,5 en hoteles y pensiones de 1 estrella; de 2 en hoteles de 2 y 3 estrellas, y de 2,5 en hoteles de 4 y 5 estrellas. En las viviendas de uso turístico (VUT) la tasa será de 2 euros.
La tasa se aplicará también al fondeo de los cruceros y a las embarcaciones que utilicen los puertos deportivos, excepto a aquellas que tengan como salida y destino final un puerto gallego.
Considerando la capacidad de alojamiento turístico de Vigo y el número de cruceristas que se esperan para este año, podríamos estar hablando de ingresos que podrían rondar los 3 millones de euros.