Las tarjetas de crédito y los bancos que las emiten y las gestionan juegan un papel fundamental en el sistema financiero. Se han vuelto un instrumento imprescindible para el consumo diario de los ciudadanos.
Las tarjetas se utilizan para realizar compras y gestionar pagos. Permiten a los usuarios financiar sus compras, aplazar los pagos o acceder a beneficios como descuentos, programas de puntos, entre otros.
A través de la tarjeta de crédito se genera un vínculo entre el usuario y el banco. Esta relación es amigable y fluida mientras la persona cumple con las obligaciones establecidas en el contrato.
Es necesario tener en cuenta que un banco es una empresa y que como tal su objetivo es la rentabilidad propia. Por lo tanto, cuando estas ganancias se ven amenazadas, el banco actúa para evitar ser perjudicado.
Una de estas acciones es la cancelación de la tarjeta de crédito. Y el Banco no tiene compasión.
¿Cuál es el principal motivo por el que un banco cancela la tarjeta de crédito de un usuario?
El motivo fundamental por el que el banco cancela una tarjeta de crédito es el impago o retraso en los pagos. Si el titular omite varios pagos, su deuda se acumula. El banco aplicará los intereses por mora, por lo que la deuda crecerá aún más.
Si transcurrido el tiempo establecido en el contrato la deuda no se salda, el banco podrá bloquear la tarjeta y después la cancelará. El bloqueo impedirá el uso de la tarjeta hasta que se regularice la situación. La cancelación implica su pérdida definitiva.
Medidas que pueden tomar los bancos cuando cancelan tarjetas de crédito
La cancelación de la tarjeta tendrá un impacto que trasciende la relación del usuario con el banco. La entidad financiera puede tomar medidas que afecten el historial crediticio y la posibilidad del usuario de acceder a nuevos créditos.
Una de estas medidas es incluir al deudor en la lista de morosos. Uno de los más conocidos es ASNEF. La Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito es un fichero de morosos en España que recoge información sobre personas y empresas con deudas pendientes de pago.
Se trata de deudas con entidades financieras, compañías de telecomunicaciones, aseguradoras, entre otros organismos. Es uno de los registros de impagos más consultados por bancos y empresas antes de conceder financiación o ciertos servicios.
Estar registrado en el ASNEF cierra otros caminos de créditos. Se dificultará la obtención de hipotecas, préstamos e incluso la contratación de servicios como telefonía o electricidad. Si la deuda no se paga, el deudor permanecerá en el registro durante seis años.
Otra acción que intentará el banco para recuperar su dinero es recurrir a la vía legal, lo que podría derivar en embargos u otras acciones legales.
Otras razones por la que un banco puede cancelar la tarjeta
El impago y la deuda no son las únicas razones que motivan la cancelación de una tarjeta. Hay otras, como la falsificación de identidad o documentos, el fallecimiento o enfermedad incapacitante del titular, la falta de uso prolongado, y el cambio de solvencia del cliente.
¿Qué debe hacer el titular de la tarjeta cuando el banco la cancela?
Si la cancelación se debió al impago, lo primero que debería hacer es negociar con la entidad y llegar a un acuerdo para saldar la deuda.
En caso de que la tarjeta haya sido cancelada por otro motivo, es conveniente que el usuario se ponga en contacto con el banco para conocer a qué se debió la cancelación. Puede tratarse de un error, de un fallo en la seguridad o de una medida preventiva para evitar riesgos.
Lo cierto es que los bancos no dudarán en tomar medidas drásticas si existen incumplimientos o si el usuario pone en riesgo la rentabilidad de la empresa.
