Más de un siglo de vida en común ha hecho que nuestra relación con los coches y otros vehículos automotores sea parte de nuestra cotidianidad, hasta el punto de olvidar que son máquinas altamente complejas, que requieren una atención y cuidado que va más allá de ponerle cada cierto tiempo agua y combustible. Además, que incluso actividades tan sencillas como estas, poner agua y gasolina, pueden generar problemas en el coche, si no se hacen de la forma correcta.
En el caso del combustible, es importante utilizar el que se recomienda en los manuales técnicos (que también es aconsejable leer), no llenar el depósito más allá de lo indicado y tampoco dejar que llegue con frecuencia a la reserva. Ambas prácticas son desaconsejables, pero mantener el depósito a la mitad de la capacidad puede ser también una mala idea a mediano plazo, por las razones que se mencionan a continuación.
No es pesimismo: no siempre es bueno ver el depósito medio lleno
Lo hacen muchos conductores, mantener la aguja o el nivel que indica cuánto combustible en el depósito siempre cerca de la mitad, y solo repostar cinco euros cada vez que la indicación baje un poco. Son muchos quienes practican esta modalidad de hacer economía manteniendo el tanque por la mitad, y solo llenándolo cuando se van a hacer viajes interurbanos. Es esto algo que los expertos en carburantes consideran que puede ser nocivo para el motor y para otras piezas y accesorios que forman parte del sistema de distribución del combustible.
Uno de los problemas más comunes que se presentan al mantener siempre el depósito medio vacío (o medio lleno, si queremos verlo de forma optimista), es la condensación en el interior del depósito, es decir, la formación de agua que se mezcla con el combustible.
En palabras de Joseba Barrenengoa, CEO y fundador de la red de gasolineras Easygas: “si tú eres de las personas que te gusta llevar el tanque medio vacío y echándole de cinco en cinco euros. Tienes una bolsa de aire muy grande en tu coche que condensará mucha agua”. Esto no es un problema en los coches más nuevos, pues poseen filtros que también evitan que el agua llegue al motor. Sin embargo, no es el caso de los coches que ya tienen algunos años encima y que pueden presentar fallas por la presencia de agua en el combustible, creada justamente por la condensación causada por la bolsa de aire dentro del depósito.
¿Queremos mejorar el rendimiento del combustible? Esto es lo que hay que hacer
La recomendación para evitar la condensación es, naturalmente, mantener el depósito lo más lleno posible, es decir, repostar completo y no por cuotas. Si queremos economizar con el combustible, podemos hacerlo tratando de utilizarlo de manera tal que haya una mejor relación de consumo por distancia recorrida. Esto se puede lograr siguiendo estas recomendaciones:
- Conducir a la velocidad recomendada por el manual del vehículo (en serio, hay que leerlo), que puede estar entre los 50 y los 70 km/h y, en autopistas y trayectos interurbanos, cerca de los 90 km/h. No es necesario conducir siempre al borde del límite de velocidad permitido.
- Tratar de utilizar por mayor tiempo las velocidades largas, y solo utilizar las cortas al arrancar o al conducir por vías con mucha pendiente.
- Evitar las aceleraciones y las paradas bruscas, de este modo se gasta mucho más combustible, y se desgastan piezas del sistema de frenos.
- Reducir el uso del aire acondicionado o de la calefacción al mínimo, o no utilizarlo si la temperatura en el interior del coche es agradable. El sistema de climatización consume mucho combustible, por lo que es conveniente utilizarlo solo cuando sea verdaderamente necesario.
