Necesitamos el azúcar por muchas razones. Entre otras cosas, es una fuente rápida de energía, que requieren las células de los diferentes tejidos del cuerpo para realizar su trabajo, los músculos para desplegar todo su poder y el cerebro para mantenerse activo.
Por eso es natural consumirla en todas sus presentaciones, ya sea en forma de carbohidratos simples, como el arroz, la pasta o el pan blanco, o directamente como azúcar refinada, en bebidas, golosinas, postres e incluso en productos naturales, como la miel y numerosas frutas. En este último caso, es donde el azúcar se presenta en forma de fructosa. Por otro lado, está el caso de los edulcorantes.
Necesitamos azúcar, pero ¿cuánto?
Es cierto, el cuerpo necesita energía, pero no tanta como la que muchos consumimos a diario. El exceso de azúcar obliga a órganos como el páncreas a producir más insulina, que es la hormona responsable de hacer llegar el azúcar a los diferentes tejidos, y de conservar una reserva en el hígado.
Si consumimos demasiada, va a llegar un momento en que el trabajo del páncreas no será suficiente y pueden comenzar a aparecer los síntomas que anuncian enfermedades como la diabetes.
¿Cuánto azúcar es suficiente? Según entidades como la Organización Mundial de la Salud, el máximo de azúcar que deberíamos consumir a diario debería ser 50 gramos, aunque varias agencias de países europeos recomiendan la mitad, 25. Una cifra de la que estamos bastante lejos, ya que el consumo promedio en España es de 90 gramos por día.
Para tener una idea de lo que fácil que es sobrepasar la cantidad máxima necesaria que debemos consumir, solo debemos saber que una lata de Coca Cola contiene 39 gramos de azúcar, muy por encima de lo que recomiendan organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
5 señales de que estamos abusando del azúcar
Cuando consumimos demasiado azúcar, el cuerpo en cierto modo nos lo hace saber de diferentes maneras, como las 5 que se describen a continuación:
- Una primera señal, bastante evidente, es cuando estamos muy por encima de nuestro peso normal, y no podemos parar de comer porque todo el tiempo tenemos hambre. El hambre permanente se debe a que el azúcar eleva la glucosa en la sangre, pero no produce saciedad, porque no tiene fibra. Por eso podemos comer dulces de forma continua, lo que inevitablemente lleva a problemas de obesidad.
- Una segunda señal tiene que ver con el mal humor, y los antojos. Cuando comemos demasiado azúcar, el cuerpo libera mucha insulina, y el índice de glucemia no alcanza su nivel normal, por lo que podemos sufrir de hipoglucemia; es entonces cuando necesitamos más azúcar, y si no podemos satisfacer esta necesidad nos ponemos de mal humor.
- Otra señal de que debemos reducir el consumo de azúcar es la presencia de acné o de manchas en la piel. Cuando hay demasiado azúcar en el cuerpo, se activa la hormona de crecimiento, IGF-1, que estimula las glándulas sebáceas y favorece la aparición de acné, y puede crear inflamaciones en la piel.
- Si nos sentimos hinchados o inflamados es probable que esto también tenga que ver con el consumo de azúcar, que usualmente el cuerpo procesa en el intestino delgado, pero cuando es demasiado puede pasar al intestino grueso y propiciar la multiplicación de un grupo de bacterias que producen endotoxinas. Esta es la cuarta señal de que estamos sobrepasados con el azúcar.
- Por último, la impresión, que puede ser real, de que nuestra piel está envejeciendo rápidamente. El exceso de azúcar afecta la producción y la calidad del colágeno, haciéndolo rígido y quebradizo, y afecta también la capacidad de nuestro cuerpo para autorregenerarse.