Durante mucho tiempo, una mujer planchando fue el símbolo de la esclavitud en lo que llamamos las tareas del hogar. Entonces las planchas eran pesadas, nos exponíamos al calor y nos arriesgábamos a quemaduras y accidentes, y era una labor que casi nunca se agradecía.
Afortunadamente cada vez hay menos prendas que necesitan plancharse, y este electrodoméstico ha evolucionado para volverse más ligero, práctico y seguro, aunque sigue siendo una de esas tareas que seguimos emprendiendo con disgusto. Y al mismo tiempo, no hay nada tan agradable como llevar una prenda bien planchada.
Un truco que facilita el planchado
Planchar no es una actividad tan sencilla como colocar la ropa en la lavadora (una actividad menos sencilla de lo que parece), limpiar la casa o lavar los trastos. Esto requiere de cierta habilidad y conocimiento para que las prendas no queden arrugadas, sufran quemaduras o no adopten formas extrañas, con más arrugas al final, pero todas de un solo lado.
Por suerte, una larga experiencia en el planchado ha servido para encontrar algunos trucos para facilitar esta actividad, que se transmitían de madres a hijas (hay que reconocerlo, los hombres planchando son una imagen demasiado reciente, y todavía poco frecuente), hasta que llegó internet.
Uno de estos trucos es bastante sencillo y es muy probable que además tengamos el ingrediente que necesitamos en la cocina, entre las frutas. Consiste simplemente en agregar unas gotas de limón al agua que va en el depósito de la plancha de la camisa en cuestión y que utilizamos para vaporizar.
Suena extraño porque generalmente asociamos el zumo de frutas con manchas en la ropa, y hasta en la piel en el caso del limón, pero lo cierto es que para la ropa funciona, y hasta tiene una explicación científica.
La acidez presente en el limón interactúa con las fibras de la prenda que estamos planchando, y hace que se suavicen, lo que favorece el desplazamiento de la plancha, eliminando así las arrugas en menos tiempo y con menos esfuerzo.
Cómo usar el limón en el planchado
La manera de usar este truco no puede ser más sencilla: solo hay que exprimir medio limón en un colador, para retener semillas y pulpa que pueda causar obstrucciones en el sistema de vaporización de la plancha. Después agregar algunas gotas del zumo obtenido en 100 mililitros de agua y verterla en el depósito de la plancha.
Lo que sigue es encender el electrodoméstico y comenzar a planchar. No hay que exagerar con la cantidad de limón, solo unas gotas bastarán, y con el resto podemos hacernos una bebida refrescante.
Este truco, además de suavizar la ropa y facilitar la eliminación de las arrugas, tiene un beneficio adicional, la de dar a la ropa un aroma fresco, perfumado y a la vez natural, que contrasta con el aroma “químico” que proporcionan los suavizantes industriales.
Otro beneficio de planchar utilizando unas gotas de limón y algunas precauciones
Las gotitas de limón no solo facilitan el planchado, también pueden ayudar a alargar la vida del electrodoméstico, al eliminar la acumulación de cal que se forman en el depósito cuando usamos agua corriente para planchar.
Pero la reacción de las gotitas de limón con la cal presente en el agua, que es el efecto que ayuda a suavizar las arrugas, no ocurre si usamos agua destilada para planchar, justamente porque esta no tiene calcio.
También hay que insistir en que solo debemos usar unas gotas de limón y no exagerar con la cantidad, porque el exceso puede dañar los tejidos, sobre todo cuando se trata de prendas delicadas.
