La carrera del actor español Javier Bardem acaba de alcanzar un nuevo e importante reconocimiento, al ser nominado al Emmy como Mejor Actor en una Serie Limitada. Sobre todo es por su trabajo en Monstruo: la historia de Lyle en Erick Menéndez, en la que encarnó al padre de los Menéndez y volvió a mostrar sus grandes dotes actorales.
El premio lo recibió finalmente el joven Owen Cooper, por su también extraordinario rol en la miniserie Adolescencia, pero no por ello deja de un logro para Bardem, cuyo paso por esta celebración será recordada también por su claro y polémico apoyo a una Palestina libre y porque se ponga fin al genocidio en Gaza.
Javier Bardem, a propósito de su rol como padre de los Menéndez
Para muchos críticos y espectadores, Javier Bardem es el mejor actor español de todos los tiempos, y lo ha mostrado en papeles inolvidables, como en No Country for Old Men, Antes que anochezca, Mar adentro y Biutiful. También por la gran cantidad de premios que ha recibido, entre ellos un Oscar y tres nominaciones más a este galardón.
En esta ocasión además ha llamado la atención por sus declaraciones sobre la masculinidad, a propósito de su papel como padre de Lyle y Erick Menéndez, una figura sombría y un personaje que constituyó un verdadero desafío para el actor. Entre otras cosas, por la oscuridad y toxicidad que rodea esta figura.
Su manera de abordar a este personaje, explica, fue tratar de no juzgarlo y más bien de entenderlo, de saber cómo había alcanzado esos niveles de maldad. “A mí lo que me interesaba era entender la situación del espíritu de una persona que está rota”, afirma. Y su conclusión es que figuras como José Menéndez no son producto de una especie de maldad infinita, sino del modo como han sido educados muchos hombres.
La masculinidad tóxica
Se trata de lo que Javier Bardem define como una “masculinidad tóxica”, muy habitual en el siglo XX, y que sigue presente y haciendo mucho daño en lo que llevamos del siglo XXI.
“José Menéndez pertenece a una generación en la que a los hombres se les enseñó cómo debe ser y comportarse un hombre de verdad”.
Es una formación que te invita, según Javier Bardem, a “no exhibir tus emociones”, “no permitir que se expresen tus propios sentimientos”, “ser duro y muy duro, impulsivo”, “tratar a las mujeres de una determinada manera y a los demás hombres de otra diferente”.
“Era una época en donde se educaba a los hombres con un tipo de ideales y de formas de comportamientos erróneos”.
El actor de 56 años además considera que no se puede hablar de esta formación equivocada de los seres humanos como si fuera un tema del pasado. Lo considera parte de nuestra herencia social y sigue causando daño en diferentes partes del mundo, y entre nosotros. Javier Bardem explica que gran parte del drama de su personaje está directamente relacionado con el hecho de que no tiene herramientas para enfrentar sus traumas, ya que no se las dieron. Por el contrario, le hicieron creer que un hombre debe reprimir sus emociones y no expresarlas o manifestarlas en ningún momento.
Como consecuencia directa de este modelo de educación, se producen crímenes y universos tóxicos como el de la familia Menéndez. Javier Bardem nos invita a tener una mirada compasiva, y a no olvidar que “eran seres humanos, que en algún momento se quisieron y que lo intentaron”. Y concluye señalando que en casos como este la responsabilidad no es exclusivamente de los individuos, sino también de la sociedad que los moldeó.
