Hacer ejercicio no es solo cuestión de salud, ya que mucha gente lo hace por tener el cuerpo con el que siempre ha soñado, algo que desde luego no es inmediato. La rapidez con la que podemos notar los resultados depende muchos factores, tales como la frecuencia, la intensidad y el tipo de entrenamiento, pero también tiene mucho que ver con la condición física inicial de la persona que lo realiza.
Si se tarda mucho en conseguir los resultados, hay gente que se desespera y piensa incluso en abandonar el proceso, preguntándose por qué aún no es visible el esfuerzo que han estado haciendo durante todo ese tiempo. Es por ello que la pregunta de cuándo exactamente podemos ver dichos resultados suele rondarle a muchos, sobre todo a los más impacientes, y en este artículo te respondemos a ello.
Cuáles son los beneficios inmediatos de hacer ejercicio
Como es lógico, ir un día al gimnasio, a salir a correr o a practicar algún deporte no va a hacer que de repente luzcamos un cuerpazo, pero lo que sí pasa es que ciertos beneficios comienzan a notarse desde las primeras sesiones. Por ejemplo, una caminata de 30 minutos puede mejorar el estado de ánimo casi de inmediato, algo que ya ha sido avalado por diversos estudios, como el publicado en la revista del American College of Sports Medicine, en el que se demostró que el ejercicio tiene un impacto positivo en la salud mental, reduciendo los niveles de estrés y ansiedad.
Lo que tarda algo más son los cambios musculares y de resistencia, ya que el cuerpo debe adaptarse, aunque esto es algo que pasa bastante rápido, tal y como podemos observar en nuestras mitocondrias, las cuales son las responsables de producir energía en las células. Estas empiezan a multiplicarse en aproximadamente una semana, ofreciéndonos una mayor resistencia en nuestros entrenamientos futuros.
¿Cuándo podemos empezar a ver los resultados físicos del ejercicio?
En las primeras semanas, las que van de la segunda a la cuarta, ya empezamos a ver cambios, siendo uno de los más notorios la mejora de nuestro sistema nervioso, algo que ayuda a la contracción muscular. Además, nuestra fuerza y resistencia aumentan. Entre las semanas seis y ocho obtendremos una mayor tonificación muscular y reducción de la grasa corporal, algo que debemos complementar con una dieta saludable y equilibrada, notándonos más en forma. A partir de los tres meses se consolidarán los cambios en la composición corporal y en la capacidad cardiovascular y, en caso de que hagamos ejercicios de fuerza con entrenamiento aeróbico, observaremos una definición muscular mucho más palpable.
Teniendo en mente todo lo que hemos mencionado antes, debemos también ser conscientes de que si queremos ver mejores resultados en nuestro cuerpo gracias a la actividad física es muy importante que sigamos las siguientes indicaciones:
- Debemos ser regulares y constantes, es decir, no hay que hacer entrenamientos intensos ocasionales, sino que debemos mantener una rutina lo más estable posible.
- No debemos centrarnos solo en un aspecto o actividad, por ejemplo no hay que hacer solo brazo porque queramos tener unos bíceps más grandes, siendo siempre recomendable alternar entre ejercicios de fuerza, resistencia y flexibilidad.
- Por mucho que hagamos actividades físicas, estas no servirán de mucho si luego no tenemos una dieta saludable, la cual nos ayuda en nuestra recuperación muscular y nos permita perder grasa corporal.
- El ejercicio es importante, pero descansar y dormir bien también lo es, ya que esto permite a nuestros músculos regenerarse, evitando con ello las lesiones.
- Ante cualquier duda que tengamos, lo mejor es siempre recurrir a un experto que nos ayude a elaborar una rutina adaptada a nuestras necesidades y objetivos, además de evitar posibles errores que estemos cometiendo a la hora de realizar dicha actividad.
