Desde hace unos pocos meses, el mundo se ha visto trastornado por varias decisiones tomadas por el nuevo presidente de Estados Unidos, el polémico Donald Trump. Especialmente por aquella que tiene que ver con los aranceles, que han llevado a muchos países, y a la Unión Europea, a reconsiderar sus planes económicos.
Uno de estos planes es el de suspender la producción y venta de coches de combustión interna, y posteriormente sacar también de circulación los híbridos. Como consecuencia, uno de los primeros países en echarse para atrás ha sido Reino Unido, que ha tomado una decisión y un rumbo que probablemente sea seguido por la Unión Europea.
Reino Unido, los híbridos y los coches de combustión
Reino Unido era uno de los países que había anunciado su decisión de dejar de producir y comercializar coches de combustión antes de 2030, y a partir de ese año también dejar de comercializar los coches híbridos y de bajo consumo, es decir, los que funcionan con electricidad y con combustibles fósiles.
Ahora acaban de anunciar que extienden la fabricación y comercialización de coches híbridos hasta 2035, y que también serán más tolerantes con los fabricantes de coches que utilizan gasolina y diésel.
El Reino Unido exportó a Estados Unidos en 2024 más de un millón de vehículos, que le reportaron cerca de 10.000 millones de euros. Con los aranceles impuestos por la nueva administración estadounidense es improbable que vuelvan a alcanzar esa cifra.
Heidi Alexander, la ministra de Transportes británica, ha declarado que el gobierno “hará absolutamente todo lo que pueda para defender a las empresas británicas”.
Esto incluye seguir fabricando coches convencionales e híbridos, aunque también se continuará estimulando la producción y venta de coches eléctricos.
El cronograma del gobierno británico contemplaba obligar a los fabricantes de coches ligeros locales a aumentar la cuota de producción de coches eléctricos, que fue de un 10% en 2024, a un 16%.
A partir de este nuevo escenario han decidido ser más flexibles, y han decidido que las industrias se tomen el tiempo que necesiten para electrificar su producción.
¿Y qué sucede con los coches eléctricos?
El gobierno británico también afirma que no está abandonando el plan de reemplazar los coches de combustión por coches completamente eléctricos, aunque la meta de hacerlo antes del 2050 ya no parece totalmente creíble.
El ejecutivo británico asegura que continúa gastando alrededor de 2.300 millones de libras para impulsar la compra de coches eléctricos y para incrementar el número de puntos de carga, construyendo uno cada media hora.
También promoverá el cambio a coches eléctricos ofreciendo exenciones fiscales, “de cientos de millones de libras”, a aquellos conductores que decidan adquirir un coche 100% eléctrico.
¿Qué dicen en la Unión Europea?
Según la revista alemana Auto Motor und Sport, la Comisión Europea ya está considerando flexibilizar sus planes y postergar o hacer más gradual la eliminación de los coches de combustión, y están discutiendo la posibilidad de mover algunas fechas, y no convertirlas en puntos de honor.
Aunque se había planteado 2026 como el año para revisar y ajustar el cronograma para la retirada de los coches de combustión, el Comisario de Transporte de la UE, Apostolos Tzitzicostas, anunció en Bruselas que es posible que haya un adelanto y algunas decisiones se tomen este año.
Échenle la culpa a Trump: ¿Todo es culpa de los aranceles?
Es probable que las acciones del presidente Trump se estén tomando como justificación para tomar decisiones a causa de las que estaban tomando desde hace tiempo países como Italia y Alemania, dos de los que se verán más afectados cuando los coches con motor de combustión finalmente dejen de comercializarse.
Este cambio en el escenario mundial les da un respiro y quizás un margen más amplio para transformar sus empresas automotrices.
