Una mascota es una gran responsabilidad, tanto si tenemos hijos como si no. Además de ser compañeros de los niños, se convierten también en compañeros nuestros, confidentes y miembros de la familia.
Es lógico entonces que estemos pendientes de su salud, y de aquellas señales que puedan indicarnos si sufren alguna enfermedad, como sucede cuando al perro le cuelga la lengua.
La lengua, un órgano especial
En líneas generales, quienes tenemos la dicha de tener un perro en la familia, sabemos que la lengua juega un papel importante en el funcionamiento de su organismo. Este músculo, además de permitirle comer y beber y saborear sus comidas favoritas, es imprescindible para regular la transpiración.
Con ella y mediante el jadeo pueden eliminar el exceso de calor, pues no sudan como nosotros y porque cuentan con muy pocas glándulas sudoríparas: En realidad las tienen en las almohadillas.
No es extraño que lo veamos jadear y con la lengua fuera cuando hace mucho calor, o cuando ha corrido por el parque. Sin embargo, también jadean cuando sienten emociones intensas (por ejemplo, cuando hemos vuelto del trabajo) y cuando tienen sed.
De esta forma, cuando hace mucho calor, el animal está muy cansado o ha hecho mucho ejercicio, saca la lengua, y al evaporarse la humedad de su superficie el perro se refresca.
Otra cosa es cuando vemos que aunque haga frío o esté descansado el animal sigue con la lengua fuera, entonces hay que pensar en otras razones.
Por qué siempre tiene la lengua fuera
Una estampa típica de cualquier perro es, precisamente, cuando tienen el hocico abierto dejando ver la lengua. Pero cuando es una constante, es preciso tener en cuenta que puede tratarse de alguna patología a la que hay que prestar más atención.
Veamos.
- Puede sufrir lesiones que le afectan el hocico. Por ejemplo, si el perro ha sufrido algún golpe o traumatismo en el hocico o en los nervios faciales, es probable que no pueda sostener la lengua, y por eso esta le cuelga. Tanto un daño muscular como cicatrices, en caso de heridas, pueden ser responsables de que no mantengan la lengua dentro del hocico.
- Problemas neurológicos o nervios dañados. En ocasiones, el hecho de que siempre tenga la lengua fuera puede deberse a algún daño a nivel de nervios, lo que le impedirá controlar los músculos del apéndice.
- Anemia. Uno de los síntomas de esta enfermedad es sacar frecuentemente la lengua.
- Lengua demasiado grande. Es normal en algunas razas, como los bulldogs, los shih tzus o los pugs, que sus lenguas sean demasiado grandes para sus hocicos. En estos casos, no hay problema.
- Si le faltan dientes. El que le falten dientes, especialmente los caninos inferiores, provocará que la lengua se le vaya de lado, pues estos dientes funcionan como un soporte. Si no los tiene, la lengua estará fuera más tiempo.
- Síndrome de la lengua colgada. Sucede cuando la lengua ha perdido su función muscular normal. Este síndrome puede ser de nacimiento, o desarrollarse en la edad adulta, provocado por algún cambio neurológico.
En todo caso, no está de más consultar al veterinario y hacerle estudios, para descartar cualquiera de las condiciones de salud.
Cuidados de la lengua de nuestros perros
Además de las visitas al veterinario, conviene hacer algunas cosas en casa. Por ejemplo, asegurarnos de que siempre tenga agua para hidratarse. En casos de altas temperaturas, puede sufrir un golpe de calor, por lo que la hidratación es indispensable.
Si notas alguna mancha extraña con elevaciones (como bultos), grietas o decoloraciones extrañas, es recomendable llevarlo de inmediato a revisión, pues podría ser un indicativo de melanoma.
En todo caso, la lengua de tu perro, salvo contadas excepciones, debería tener un color rosa vivo. Si lo revisas con frecuencia, detectarás a tiempo cualquier problema.