Para algunos es posible escapar una o dos semanas del calor agobiante en el que se ve envuelta Madrid durante el verano, pero también hay que permanecer y aguantar si no somos estudiantes o jubilados, y tenemos que trabajar allí por el pan de cada día, y por el pago de la tarjeta de crédito.
Sin embargo, hay escapadas de fin de semana que pueden proporcionarnos un gran alivio, y también una agradable sorpresa. Este es el caso de un lugar que tan solo se encuentra a poco más de una hora de la ciudad y en el que podemos gozar de unos pozos de aguas cristalinas que parecen haber sido creados por gigantes.
Los pozos de Felipe
En la vertiente sur de la Sierra de Gredos, en el valle de Tiétar, se encuentra un conjunto de pozas que conforman jacuzzis naturales que parecen sacados de cuentos de hadas, o pertenecer a paisajes de países lejanos. Hablamos de Los Pozos de Felipe, situados a unos 160 km de Madrid (142 si viajamos por la M-501), a los que se puede acceder siguiendo una ruta que comienza en Mombeltrán y atraviesa una serie de lugares que de por sí justifican el paseo.
Para llegar a estos pozos, que también han sido descritos como “marmitas de gigantes”, y de acuerdo con el blog del Ayuntamiento de San Esteban del Valle, debemos cruzar la Cañada Real y seguir por la orilla del río Prado Latorre. El camino atraviesa lugares singulares, como las ruinas del Monasterio de La Torre, del siglo XVI, y un martinete que es parte de un molino de agua, del siglo XVII. A continuación se adentra en un robledal, poco antes de llegar al bosque de galería que rodea los Pozos de Felipe.
Unas “marmitas de gigante” creadas por la naturaleza
Los pozos son producto de la erosión de la piedra granítica, causadas por una combinación de agua y de piedras sueltas, y una labor de millones de años. Aunque lo que importa es el resultado: unos pozos que semejan jacuzzis naturales y que en esta época del año son una invitación a bañarse.
Vamos a disfrutar de un baño en un espacio natural excepcional, sin estar rodeado por el turismo masivo que en el verano invade todas las playas de España, y respirando aire puro y fresco a menos de dos horas de uno de los centros urbanos más grandes de España. Además de las “marmitas”, podemos disfrutar de las cascadas y pozas y pasar un día delicioso sin alejarnos mucho de Madrid.
Un espacio para disfrutar con toda la familia
Existen varias rutas para acceder a los pozos y, en general, no ofrecen mucha dificultad, por lo que se trata de un paseo perfecto para toda la familia. Tal y como señalamos al principio, se atraviesan ruinas de monasterios y de instalaciones con varios siglos de antigüedad, bosques y otros espacios naturales.
Hay también otra ruta para llegar a los Pozos de Felipe que parte desde las piscinas naturales de Playas Blancas, de unos cinco kilómetros de recorrido y que se puede transitar si no nos detenemos en una hora y diez minutos, pero que conviene hacer de forma más espaciada si queremos disfrutar del paseo.
Estamos seguros de que una vez que visites los Pozos de Felipe, y descubras este hermoso lugar secreto tan cerca de Madrid, vas a querer volver para disfrutar de los mismos espacios durante las diferentes estaciones del año. De hecho, si vuelves en primavera vas a encontrar una verdadera fiesta de verdores.
Aprovechemos el verano para conocer los espacios naturales cercanos a la capital: nos van a sorprender agradablemente.
