Cuando escuchamos hablar de tifones pensamos en barcos enfrentando tormentas y en películas con piratas malayos, pero son fenómenos meteorológicos menos literarios y bastante reales para quienes habitan en el archipiélago japonés, donde deben asistir a la posibilidad de entre 20 y 30 tifones cada año. Los tifones son como los huracanes, grandes tormentas tropicales, con vientos que pueden alcanzar los 250 km/h y que producen enormes daños todos los años. Una catástrofe natural que se presenta con frecuencia y a la que los japoneses han decidido sacar provecho.
Viendo el lado bueno de un desastre natural
Durante estos grandes eventos naturales, en Japón se detiene el funcionamiento de los parques eólicos, precisamente para evitar que el aumento en la velocidad del viento destruya o produzca severos daños en estos equipos que, paradójicamente, necesitan viento para funcionar, aunque no tan veloz. Posiblemente fue esta paradoja la que llevó a una empresa, Challenergy, a pensar en aprovechar de algún modo esta gran cantidad de energía que se produce durante períodos relativamente cortos.
Esta empresa diseñó una turbina revolucionaria, que puede funcionar durante estos eventos y que podría convertir este fenómeno natural en un nuevo recurso energético. Tal y como señala el fundador de Challenergy, Atsushi Shimizu: “uno de nuestros objetivos es convertir los tifones en una fortaleza”. Shimizu diseñó un sistema eólico que en vez de aspas utiliza grandes cilindros giratorios, con los que se aprovecharía el efecto Magnus, que hace que un objeto gire en la misma dirección que el viento, y que podría resistir estos fuertes embates durante los tifones.
Las palas anchas y verticales del dispositivo diseñado por Shimizu giran sobre un eje horizontal. Esto hace que estén más expuestas a un mayor volumen de viento, pero también las hace más sólidas y fáciles de controlar, pues estas no girarán de forma descontrolada y a merced de las fuerzas del tifón.
Lo que puede hacer la energía producida por los tifones
El Laboratorio de Oceanografía y Meteorología del Atlántico ha calculado que la energía que se produce durante un tifón puede llegar a 1,5 teravatios (una medida tan grande que es utilizada para calcular el consumo energético de países enteros). Para tener una idea de lo que esto significa, solo hay que saber que la capacidad de generación eléctrica mundial es de entre 3 y 4 teravatios.
Bastaría con aprovechar apenas un pequeño porcentaje de la energía que produce cada tifón para cubrir las necesidades energéticas de un país desarrollado como Japón por los próximos 50 años. Y mucho más si se complementa con otras energías limpias, como la solar y la eólica convencional.
Hasta ahora las pruebas que se han hecho con el modelo de turbina de Challenergy han alcanzado un funcionamiento de hasta un 30% bajo condiciones de tifón. Se sabe que esto constituye un gran avance si consideramos que los modelos eólicos convencionales deben detenerse por completo cuando se presentan estos fenómenos.
El desarrollo de este nuevo dispositivo eólico eventualmente podría beneficiar a otros países asiáticos que cada año sufren las consecuencias de gran número de tifones, y podría beneficiar también a países de otras partes del mundo afectadas por fenómenos similares, como los huracanes del Caribe. Estos parientes de los tifones cada año devastan las islas del Caribe, países centroamericanos y amplias regiones de México y Estados Unidos: causan inundaciones, numerosas víctimas, destrucción de propiedades y cortes de energía.
Con equipos como los de Challenergy podría cambiar en parte el ánimo con que se recibe la llegada de la temporada de huracanes y tifones. Además y como hemos visto, convertiría una parte de un desastre natural en un gran recurso natural renovable.
