Una posible clasificación de la humanidad, entre tantas que se pueden hacer, es la que se crea en torno a las mascotas, y que sencillamente nos divide en dos: los que gustan de ellas y necesitan tener una al lado, y los que no. Y allí podríamos pensar en otra diferenciación, la de los que mantienen la mascota en “su sitio”, y la de los que duermen con ella.
Más allá de si dormir con nuestro perro o nuestro gato es una buena o mala costumbre, los psicólogos han encontrado que las personas que lo practican tienen en común 7 características positivas, tales como: empatía, generosidad, capacidad de adaptación, relajación, vulnerabilidad, atención a sus emociones y equilibrio emocional.
Características comunes entre dueños de mascotas
La empatía
Las personas que aceptan compartir la cama con su perro o su gato lo hacen porque pueden ponerse en el lugar del animal, y hasta cierto punto entienden por qué estas quieren estar a su lado cuando duermen. Esta capacidad para ponerse en el lugar del otro favorece la tolerancia, la comprensión y la posibilidad de establecer relaciones más profundas con mascotas y personas en general.
Generosidad
Otro rasgo que los psicólogos encontraron en las personas que duermen con sus mascotas es la generosidad; son personas que quieren que el otro, sin importar si se trata de un perro o de un ser humano, se sienta bien y cómodo. Además, no le importará compartir un espacio como la cama y hacer lo necesario para que el otro se sienta satisfecho y a gusto.
En la vida social, este tipo de personas tiende a ser más solidaria con los que la rodean y con los sectores menos favorecidos de la sociedad.
Capacidad de adaptación
Dormir con la mascota puede ser un indicativo de que no somos rígidos y de que tenemos facilidad para adaptarnos a diferentes situaciones. Las mascotas se mueven y hacen ruidos que pueden despertarnos, y sin embargo, no afectan nuestro descanso. Esta flexibilidad nocturna, que también existe entre las parejas humanas que duermen juntas, seguramente se refleja en nuestra conducta en la vida diaria.
Relajación
Acostarse con nuestro amigo animal al lado hace que dejemos las preocupaciones del día un poco de lado, y escuchar su respiración, o ver las increíbles posiciones que llegan a adoptar cuando están durmiendo, sirve para desestresarnos y dormir mejor. De hecho, las personas que duermen con sus mascotas tienden a ser menos rígidas y más relajadas que aquellas que las mantienen fuera de la habitación.
Vulnerabilidad
Dormir delante de otro ser vivo, persona o mascota, es uno de los mayores actos de vulnerabilidad a los que se puede exponer una persona. Dormidos quedamos completamente expuestos, y es increíble que lo hagamos ante una mascota, y prueba de que no nos importa mostrarnos vulnerables ante un ser querido.
Atención a las emociones
Según los psicólogos, las personas que duermen con sus mascotas prestan mayor atención a sus emociones y a las de los demás. Dan mayor importancia a las conexiones emocionales y hacen todo lo posible por reforzarlas.
Equilibrio emocional
Esta clase de personas, las que duermen con su mascota, tienden a ser más tranquilas, serenas, poco dadas a explosiones emocionales. Terminan por compartir la paz y tranquilidad que muchas mascotas parecen sentir, especialmente cuando duermen a nuestro lado.
No se sabe desde cuándo existe la costumbre de compartir nuestro espacio con seres pertenecientes a otras especies, pero ciertamente nos ayudan a vivir mejor y, tal como se muestra en este artículo, a dejar aflorar lo mejor de nosotros, al menos cuando dormimos con ellas.
