Los neumáticos son mucho más que un mecanismo que permite que el vehículo ruede y se desplace. Hay que tener en cuenta que son el único punto de contacto con la calle o carretera, y esta condición los hace especialmente sensibles. Del estado de los neumáticos depende, en gran medida, el riesgo de accidentes. Si están en mal estado, el vehículo pierde agarre, se reduce la eficacia de maniobras básicas como frenar, girar, mantener la trayectoria.
Cuando están gastados son especialmente peligrosos en casos de mal tiempo y de lluvias intensas. Pueden provocar la pérdida completa del control del coche. Muchos conductores no prestan la debida atención a los neumáticos del coche. A lo sumo controlan si les falta aire. Se descuida la revisión periódica de daños, de cortes o deformaciones, del estado del dibujo.
Hay muchos problemas que se hacen evidentes cuando se lleva el vehículo a la ITV, momento en que seguramente los técnicos obligarán al mantenimiento. En la práctica, la mayoría de los conductores no tiene ni idea de que puede controlar el estado de sus neumáticos sin llevarlo a un taller. Solo hay que atender a unos triángulos muy pequeños grabados en el caucho.
¿Para qué sirven los pequeños triángulos impresos en los neumáticos?
Si se observa bien un neumático, se podrá localizar algunos triángulos muy pequeños que son parte de los dibujos del caucho de la rueda. Están localizados en el perfil del neumático, cerca del borde exterior. Estos triángulos marcan dónde se encuentran los indicadores de desgaste, que son pequeñas protuberancias situadas dentro de las ranuras del dibujo del neumático.
¿Cómo marcan los indicadores de desgaste el deterioro de los neumáticos?
Los indicadores señalados por los triángulos muestran el desgaste. La profundidad mínima legal establecida por la DGT es de 1,6 mm. Cuando el dibujo del neumático queda al mismo nivel de estos testigos, es señal de que la rueda ha llegado al límite legal de uso, pues está por debajo de lo dispuesto en la normativa. Observando el indicador, el conductor podrá comprobar de forma visual y fácilmente si la profundidad del dibujo del neumático se encuentra dentro del límite legal o si deberá sustituirlo.
Los triángulos y los indicadores que señalan son una forma fácil para valorar el estado de las ruedas. Pero no es la única. Hay conductores que para valorar el estado de sus ruedas utilizan una moneda de un euro. La introducen en las ranuras. Si el dorado de la moneda queda visible, el neumático está fuera de los límites legales y corresponde cambiarlo.
¿Qué más se debe controlar en un neumático para reducir riesgos de accidentes?
Además del desgaste del dibujo del neumático, hay que revisar otros aspectos. Uno de ellos, que incide en el desgaste, es la presión de inflado. Tanto la presión baja como la excesivamente alta pueden provocar un desgaste irregular. La vida útil del neumático se reduce y la probabilidad de accidentes aumenta. La falta o el exceso de inflado afecta también a la estabilidad del vehículo e incide en el consumo del combustible. El motor debe trabajar más para equilibrar la resistencia del rozamiento. Por lo tanto, consumirá más.
Es importante comprobar la presión de los neumáticos por lo menos una vez al mes y antes de viajes largos. La presión debe medirse en frío, es decir, cuando el vehículo no ha circulado en las últimas horas. Hay que tener en cuenta la recomendación del fabricante del vehículo para el inflado adecuado.
¿Se imponen multas por neumáticos desgastados?
Circular con neumáticos desgastados no solo expone a accidentes sino también a multas. La normativa de la DGT dispone una profundidad mínima de 1,6 mm en la banda de rodadura. Circular con un desgaste superior a ese límite es infracción a la normativa y, por lo tanto, se castiga. La multa es de 200 euros por cada rueda desgastada.
La atención a los neumáticos y tomar en cuenta los indicadores de desgaste evitará accidentes y sanciones.
