Para algunos, una de las mejores cosas de una relación es la de poder dormir juntos, compartir la cama y el sueño con el ser querido, darse calor y hacerse compañía mientras recuperamos fuerzas y nos aventuramos por los espacios íntimos de los sueños.
Para otros, en cambio, compartir la cama puede ser un pequeño infierno nocturno, lleno de roces y movimientos que interrumpen el descanso y que hacen que nos levantemos fatigados y molestos. Lo que al principio fue muy romántico y afectuoso, se puede transformar en una costumbre molesta, y hasta en una causa eventual de separación.
Dormir juntos o separados, qué dicen los profesionales
El tema sobre si es mejor dormir separados o juntos ha vuelto a ponerse sobre la mesa, gracias a una entrevista realizada recientemente al doctor Eduard Estivill. Se trata de un neurofisiólogo especialista en sueño, en el podcast Zzen Talk, donde el profesional ha abogado claramente por la primera opción.
“Dormir en pareja es muy amoroso porque está relacionado con el afecto y la sensualidad”, pero el Dr. Estivill considera que es una conducta que atenta contra el buen dormir: si uno de los dos ronca, tiene insomnio o se mueve demasiado va a interrumpir y a afectar la calidad del sueño de su acompañante.
Su recomendación: dormir en camas separadas o hasta en habitaciones separadas, para garantizar un descanso profundo y reparador.
No es una novedad, estudios realizados en Estados Unidos indican que más de un tercio de las parejas duermen en camas separadas, y es probable que en Europa muchas parejas no lo hagan por problemas de espacio, o por temor a herir a su pareja.
“Me gusta dormir solo” no tiene por qué ser motivo para no vivir en pareja
Al deseo de dormir separados se le ha bautizado, quizás de forma exagerada y dramática, “divorcio del sueño”, porque parece que estuviéramos rompiendo emocionalmente con nuestra pareja. Y no es así.
No todos descansamos de la misma manera: algunos necesitan más oscuridad o silencio, colchones con diferentes grados de dureza, diferentes tipos de almohadas, o son muy sensibles a los movimientos y ruidos que se producen a su lado.
Somos muchos quienes en la noche nos levantamos más de una vez para ir al baño, sobre todo cuando pasan los años, o nos movemos mucho durante la noche, interrumpiendo así el descanso durante la noche.
“No pasa nada. No dejas de querer a tu pareja por plantearte dormir separado”. De hecho, puede beneficiar la relación, si alternamos noches durmiendo juntos con noches en camas separadas, y si logramos separar un tema fisiológico, la necesidad del descanso, del contacto emocional y afectivo.
Cada uno tiene sus rituales particulares a la hora de dormir: leer un poco, meditar o acomodarse de determinada forma, y aunque por lo general las parejas terminan adaptándose, siempre hay uno que duerme mal o descansa menos que el otro.
Otra de las afirmaciones del Dr. Estivill, apuntando en la misma dirección, es que: “Si lo planteamos bien, tendremos menos conflictos y dormiremos mejor”.
Entonces, ¿no es bueno dormir juntos?
Se trata de un tema en el que el debate permanece abierto y no hay respuestas definitivas. También hay estudios que hablan de los beneficios de dormir juntos: puede contribuir a mejorar la fase REM, es bueno para la salud mental y refuerza los nexos emocionales, al sincronizar el sueño y el descanso.
Y hay quienes siguen defendiendo la posición de cucharita, en el que ambos cuerpos se adaptan para proporcionarse calor y afecto.
Quizás la solución se encuentre en un punto intermedio, alternar noches juntos y separados, o dependa de cada pareja, y entender que si dormir juntos está afectando el descanso de uno de los dos, nada malo hay en probar a dormir en camas separadas.
