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El papel higiénico tiene los días contados: esta sería la alternativa para contaminar menos

¿Sabías que el papel higiénico podría acabarse y sustituirse por otra cosa?

por Paco Magar
29 de enero de 2025
El papel higiénico tiene los días contados: esta sería la alternativa para contaminar menos

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Una de las imágenes que permanecerán durante mucho tiempo en la memoria, y que quizás los futuros abuelos cuenten en las noches de invierno a sus nietos cuando se les hayan acabado las otras historias, sea la crisis de desabastecimiento de papel higiénico que se produjo en España y en otras naciones durante los inicios de la pandemia de Covid-19. Fue entonces cuando por alguna extraña razón millones de personas dieron una gran importancia a la posesión de este humilde producto.

El papel higiénico existe desde mediados del siglo XIX, y está fuertemente asociado con países desarrollados y de fuerte crecimiento económico, como China, todas las naciones europeas, Norteamérica, Latinoamérica, Japón y Corea del Sur, entre otros. Pero también se ha convertido en un problema medioambiental para el que se empiezan a buscar alternativas.

El papel higiénico y los “contaminantes eternos”

Tan solo en Estados Unidos se requieren más de 30 millones de árboles para producir el papel higiénico que se utiliza en un año. Y este es el segundo país en el mundo que más papel de esta clase utiliza, pues el primero es China, el tercero Alemania, y España se encuentra en el noveno lugar.

No es un ranking del que haya que estar orgullosos si consideramos o intentamos tener una idea de los millones de toneladas de este material que van a dar a las alcantarillas, y eventualmente al mar, y de los componentes químicos y orgánicos que arrastran con ellos.

Y es peor de lo que parece, si es cierto lo que dice un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Florida y publicado en la revista Environmental Science & Technology Letters, de la Sociedad Americana de Química, donde se alerta sobre la presencia en el papel higiénico de PFAs, denominados “contaminantes eternos”. El riesgo es su capacidad para persistir y hasta penetrar sin descomponerse en tejidos de seres vivos, como nosotros.

Aunque no existe una medida clara de cuál puede ser el impacto medioambiental de estos compuestos químicos presentes en el papel higiénico, solo hay que sumar los kilómetros de papel higiénico que utilizan cada año países como China, Estados Unidos y Japón (11.769 millones de kilómetros), para saber que es hora de buscar otras alternativas.

Viejas soluciones para nuevos problemas: el retorno del bidet

Obviamente, la solución es limpiarnos el trasero de una manera ambientalmente responsable. Pero curiosamente, una de las soluciones podría encontrarse atrás, es decir, en el pasado, volviendo a utilizar un recipiente que formó parte de muchos baños españoles hasta finales del siglo pasado, y que fue desapareciendo por falta de uso y razones de espacio: el bidet.

Esta pieza sanitaria, junto con algo de jabón, puede ser la sustitución perfecta del papel higiénico, e incluso es menos irritante cuando se trata de asear las partes íntimas. Existen también otros sistemas, como tubos de agua removibles que se encuentran en el interior de los inodoros, o duchas de mano al lado del váter, que cumplen una función similar a la del bidet.

Va siendo hora de acabar con la locura del papel higiénico, pues algo de eso tiene. Todavía sigue sin explicación la extraña crisis que se produjo en 2020, comenzando la pandemia, y que afectó a distintos países del mundo. Sucedió que los estantes de los supermercados se quedaron vacíos de este producto, y hasta hubo que colocar policías en los comercios, como en Australia, o controlar el número de rollos que se podía llevar cada persona.

Y aunque parece un producto biodegradable, no lo es, y a través de él estamos enviando PFAs, “contaminantes eternos”, a ecosistemas. Unos residuos tóxicos que desués nos lo devolverán, en los peces y otros productos que consumimos habitualmente.

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