El Papa Francisco trascendió su rol como líder espiritual. Con su enfoque accesible y pragmático, logró ofrecer soluciones claras a los desafíos de la vida diaria. Su habilidad para abordar temas como el amor, el perdón y la convivencia generó reflexiones que perduran en la mente de muchos, incluyendo su sabio consejo para las parejas que enfrentan conflictos cotidianos.
En una de sus numerosas intervenciones llenas de sabiduría práctica, Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el Papa Francisco, compartió un valioso consejo que ha resonado más allá del Vaticano: “Peléense todo lo que quieran, con tal de que hagan las paces antes de que termine el día”. Con este mensaje, no buscaba fomentar la evasión de los conflictos, sino más bien enfrentarlos con sensatez, recordando que el orgullo no debería transformar una discrepancia en una separación prolongada.
La importancia del diálogo
Para Francisco, el diálogo es un aspecto esencial de la convivencia, sin embargo, permitir que la rabia persista es lo que realmente representa un riesgo. “La tensión del día siguiente es amenazante”, avisaba, subrayando que el silencio y la ausencia de reconciliación pueden resultar más perjudiciales que un enfrentamiento directo.
El Papa subrayaba la importancia de pedir perdón como una expresión de amor y humildad. «Si discutes con tu pareja, es fundamental que ambos se disculpen; de lo contrario, no podrán continuar juntos», afirmaba de manera contundente. Consideraba que las emociones no resueltas se transforman en obstáculos invisibles que, con el tiempo, deterioran el amor. Por esta razón, alentaba a cada pareja a tomar la iniciativa para finalizar el día en armonía, sin arrastrar rencores al día siguiente.
Este consejo, que ha adquirido aún más relevancia tras su muerte, es un mensaje que trasciende cualquier creencia. Nos recuerda que, tanto en el amor como en la vida, la capacidad de perdonar y reconciliarse es fundamental.
La faceta más humana del Papa
Durante su papado, Francisco enfatizó que su propósito no consistía únicamente en liderar desde una posición elevada, sino en acompañar a las personas desde una perspectiva más humana. Su idea de una Iglesia accesible y cercana a la gente se manifestaba en gestos simples y en expresiones que se centraban más en la cotidianidad que en complejos dogmas.
Su recomendación a las parejas continúa resonando, no como una receta mágica, sino como una llamada a cultivar más amor, humildad y empatía en sus vidas. En una época en la que las relaciones pueden volverse frías rápidamente, su mensaje resulta fundamental para recordarnos que la esencia no radica en evitar las discusiones, sino en aprender a concluir el día de la forma más armoniosa posible: en tranquilidad.
Otros mensajes del Papa Francisco
Es fundamental no emplear a Dios ni a la religión como justificación para la violencia. Este mensaje fue dirigido de manera clara a los musulmanes extremistas. Es probable que el Papa Francisco estuviera pensando en la persecución que sufren los cristianos en el Medio Oriente, particularmente en Irak, al afirmar que la religión no debe usarse como excusa para realizar actos que vayan en contra de la dignidad humana y de los derechos esenciales, comenzando por el derecho a la vida y a la libertad religiosa para todos.
La fe se fortalece a través de actos de caridad tangible y satisface nuestras necesidades. Durante su visita a los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad en Albania, el Papa destacó la importancia de la caridad como un principio esencial. En su segundo discurso, enfatizó que «hacer el bien» ofrece recompensas mucho más valiosas que el dinero, el cual puede decepcionarnos, ya que hemos sido diseñados para recibir y compartir el amor de Dios, en lugar de valorar las cosas únicamente en términos de dinero y poder.
El progreso no puede lograrse marginando a las personas en situación de pobreza y perjudicando el entorno. En su intervención ante la clase política de Albania, subrayó la existencia de “nuevos retos que requieren atención”, afirmando que un desarrollo genuino debe considerar los derechos de los más desfavorecidos y preservar el medio ambiente. “A la globalización de los mercados –afirmó– se debe responder con una globalización de la solidaridad; el avance económico debe ir de la mano de un mayor respeto por la naturaleza”.
