Aunque tenga explicación legal, no deja de ser un misterio el hecho de que un extraño invada un espacio que nos pertenece y seamos nosotros los que debamos involucrarnos en un proceso legal para expulsarlos de ese espacio que es, hay que repetirlo, nuestro. Es el drama que desde hace décadas viven miles de propietarios con los okupas.
Si bien algunas cosas están cambiando, como la reciente aprobación en el Congreso de Diputados de una enmienda en la Ley Orgánica de Eficiencia del Servicio Público de la Justicia para incluir los desahucios exprés, todavía queda mucho por hacer. Así lo prueba el hecho de que ahora los okupas estén invadiendo algo más que pisos o chalés.
El nuevo objetivo de los okupas
Ya no solo se trata de viviendas vacacionales o edificios abandonados, ahora van a por un espacio que es extremadamente valioso, sobre todo en los grandes centros urbanos: las plazas de garaje.
Muchas personas que tienen propiedades con garaje frecuentemente lo arriendan, aunque a menudo lo hacen de manera informal, sin un contrato escrito de por medio. O bien no prestan atención a este espacio hasta que compran un coche, van por el lugar que les corresponde y lo encuentran ocupado por otro coche.
Si el dueño de este vehículo se niega a retirarlo, o sigue ocupándolo cada vez que nos descuidamos, estamos ante una usurpación o ante okupas de garaje, que están alquilando nuestra plaza a otras personas.
Okuparon mi garaje, ¿qué hacer?
Si encontramos nuestra plaza ocupada por un coche extraño, lo primero que debemos hacer es anotar los datos del vehículo y contactar al presidente de la comunidad de propietarios o de vecinos. Si logramos identificar al propietario del vehículo, lo más oportuno o menos engorroso es contactarlo y pedir con firmeza, pero cortésmente, que desocupen nuestra plaza.
Cuando el okupa se niega a hacerlo, dice que lo va a hacer pero no lo hace, o no logramos identificar al propietario del coche, es cuando hay que acudir a la policía y poner la denuncia.
Lo más seguro es que la policía nos de la razón, después de verificar que efectivamente es nuestra plaza, y procedan a identificar al propietario del vehículo, pero no van a remolcarlo con la grúa porque estas no pueden actuar en espacios privados. Aunque también es probable que el okupante ilegal sea obligado por las autoridades a abandonar el sitio.
Algunos ejemplos y cosas que no debemos hacer cuando okupan nuestra plaza de garaje
La intervención de la policía no garantiza que el okupa salga de inmediato, y hay casos en que la lucha por recuperar la plaza de garaje ha terminado en tribunales. Por ejemplo, en Granada un vecino acusó a otro de ocupar su plaza durante varios días y un tribunal le impuso al segundo una multa de 400 euros.
En otro caso, ante una denuncia hecha por la organización Automovilistas Europeos Asociados, AEA, un tribunal obligó a pagar a un okupa a la legítima propietaria 5 euros por cada día que estuvo en su plaza de garaje y 12 euros más para compensar las molestias causadas.
Es una situación desagradable que causa malestar y mucha irritación, pero que no debe hacernos perder el control. Tomar represalias, como pinchar una rueda o rayar el coche, también es un acto delictivo, y con seguridad no nos va a favorecer.
Es importante mantener la calma y actuar tal y como lo hemos indicado: contactar al presidente de la comunidad de vecinos, identificar y hablar con el propietario del coche y, si no lo retira, poner la denuncia en la policía.
