Las pegatinas medioambientales han servido para clasificar el parque automotor en España y en otras naciones europeas que adoptaron este sistema. Junto a ello, constituyen un paso necesario para poder favorecer los vehículos que cumplen con las nuevas normas ambientales e ir dejando de lado aquellos que siguen produciendo emisiones contaminantes.
Sin embargo, desde su implementación, las pegatinas han sido objeto de críticas por parte de grupos ambientalistas y de organizaciones como la OCU. Los técnicos de esta organización consideran que el modo como se otorgan las mismas no siempre es justo, o acertado; y son críticas a las que la DGT no ha hecho oídos sordos.
El sistema actual de pegatinas ambientales
Las etiquetas ambientales clasifican los coches en cuatro grupos:
- Etiqueta B (amarilla): sirven para aquellos vehículos que funcionan con motor de gasolina, matriculados a partir de 2001, y diésel, matriculados a partir de 2006.
- Etiqueta C (verde): vehículos con motor de combustión matriculados a partir de 2006 (gasolina), y de 2014 (diésel), que cumplan con las últimas normas ambientales Euro.
- Etiqueta ECO (verde y azul): para vehículos híbridos enchufables, no enchufables y que utilizan diferentes tipos de gas.
- Etiqueta Cero: vehículos 100% eléctricos, de batería o de pila de combustible, e híbridos enchufables con una autonomía mínima de 40 km.
Las críticas al actual sistema de etiquetas
Las críticas de la Organización de Consumidores y Usuarios y de los grupos ecologistas apuntan a que las pegatinas con frecuencia no se corresponden con las emisiones que puede producir un coche, y es una situación que se presenta a menudo con las etiquetas C y Eco.
No es raro que un coche con etiqueta Eco, porque es un híbrido no enchufable, produzca más emisiones contaminantes que un coche con etiqueta C que, sin embargo, cumple con todas las normas Euro. Esto sucede porque las pegatinas se asignan sobre todo por la fecha de matriculación y no por la cantidad de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno que lanzan al aire.
La nueva etiqueta ambiental
Recientemente el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, recordó que en 2020 el gobierno propuso realizar modificaciones en el sistema de etiquetado, pero hubo una fuerte oposición por parte de los fabricantes de coches, por considerar que “no se reunían las condiciones necesarias para llevarlo a cabo”.
Pero estas nuevas críticas realizadas por distintas organizaciones, entre las que destacan la OCU y Greenpeace, parecen haber conseguido estas condiciones, y han llevado al gobierno a proponer el reemplazo de la etiqueta ECO por una nueva pegatina, y a hacer más estrictos los requisitos para otorgar la etiqueta Cero.
La nueva etiqueta será la D, con la que se identificará a todos los vehículos que utilizan tecnologías más eficientes, pero todavía emiten gases y emisiones contaminantes, como es el caso de todos los coches y furgonetas clasificados como híbridos. En esta categoría quedarían incluidos los híbridos que antes recibían la etiqueta Cero.
La etiqueta Cero quedará exclusivamente para aquellos vehículos que realmente sean 100% cero emisiones. De esta manera se busca estimular la compra de coches eléctricos y evitar el otorgamiento de subsidios a vehículos que siguen siendo contaminantes.
En una sesión de control del Senado, Grande-Marlaska, afirmó que este sistema, implementado en España desde 2016, “es mucho más restrictivo que en muchos otros países de la Unión Europea”. Sin embargo, también reconoció que es posible perfeccionarlo, siempre que haya consenso entre los expertos.
El nuevo sistema de pegatinas ambientales no será más restrictivo que el anterior (excepto en el caso de la etiqueta Cero), pero sí será más justo, y evitará esas situaciones de engaño presentes en coches que siguen utilizando como motor principal el de gasolina o diésel, aunque también dispongan de un motor eléctrico.