Son muchas las razones por las que decidimos comprarnos un coche usado. Entre las más obvias está la económica. Y es que un coche usado es ostensiblemente más barato que uno nuevo. Para darnos una idea de las ventas de coches de segunda mano, en España para mediados de septiembre de este año se vendieron poco más de 1.300.000 unidades, lo que significa un incremento del 8,2% en el mercado. O, en otras palabras, por cada coche nuevo vendido en el país, se venden 2 usados.
En general, la tendencia es a que los coches de entre 1 y 3 años sean los más vendidos, seguidos por los coches que acumulan 5 años de existencia. Hasta cierto punto, comprar un coche usado se explica por los costes, tan elevados a veces, que implica un vehículo nuevo, aunque eso también signifique que, durante algún tiempo, ese coche nuevo no nos va a fastidiar con averías o continuas visitas a los talleres mecánicos.
¿Es razonable comprar un coche de segunda mano?
Pese a que muchos de los vehículos usados más vendidos tengan poco tiempo de uso, pueden presentar con harta frecuencia diversos problemas, que por lo general se convierten en grandes dolores de cabeza y en un flujo ininterrumpido de euros.
Claro que todo dependerá del presupuesto que hayamos establecido para la compra, el modelo y el año, y las condiciones generales que tenga el coche. Será razonable adquirir un coche usado si el primer propietario no lo sometió a situaciones extremas o exageradas, como hacerlo recorrer miles de kilómetros en pocos meses, no hacerle el servicio y mantenimiento en los tiempos recomendados, o ser demasiado negligente en el cuidado del coche.
Siempre será mejor comprar un coche nuevo, pero eso a veces no coincide con la realidad financiera de muchísimos usuarios, que tienen más facilidades, o presupuesto, para optar por uno de segunda mano. En este sentido, son más frecuentes los tratos entre particulares. Pero también los que más riesgo conllevan, porque después de pagar y si no hay una revisión exhaustiva de nuestra parte, de poco valdrán las reclamaciones posteriores.
Por qué no comprar un coche usado
Como comentamos previamente, comprar un coche de segunda mano puede llevar riesgo asociado, porque si hay garantías estas duran muy poco y generalmente no cubren lo mismo que la de un coche nuevo. De hecho, lo normal es que no haya garantías de ninguna clase, a menos que la transacción se haga a través de una plataforma o tienda especializada. Pero generalmente es una cuestión particular.
En este sentido, el comprador no puede conocer con certeza el historial del vehículo. Muchas veces, también, se ocultan averías o problemas mecánicos graves, que aparecen al poco tiempo de comprado y que nos obliga a llevarlo a un taller y gastar muchos euros. Hay que fijarse en el kilometraje, pues aquellos coches con más de 300.000 km pueden tener muchas de sus piezas desgastadas. Y en el uso que se le ha dado (por ejemplo, los taxis son coches sumamente riesgosos, por su uso intensivo). En estos casos, repararlos puede llegar a costar varios miles de euros.
¿Qué recomienda la DGT?
La Dirección General de Tráfico aconseja que cuando se vaya a comprar un coche de segunda mano se solicite un informe del vehículo antes de que la compra se formalice. Este informe, que se puede pedir a través de la página web de la institución (MiDGT), podrá contener información sensible sobre el vehículo en cuestión.
Existen varios tipos de informes que se pueden solicitar a la DGT sobre un coche matriculado en España: Reducido, Completo, Datos Técnicos, Cargas, Vehículos a mi nombre y Vehículos sin matricular. Estos informes aportan datos sobre el estado del coche, si hay embargos o cualquier carga administrativa o judicial. También dan información sobre las ITV y otros datos técnicos (por ejemplo, que tenga algún aviso de inspección pendiente), como reparaciones y revisiones. Es un punto a favor al comprar un coche usado.
