La DGT siempre está pendiente de la vigencia de la ITV de los coches que están en circulación. Es un control que tiene su razón de ser. Si bien la mayor parte de los accidentes de tráfico ocurren por causas atribuibles al conductor, hay un porcentaje que se debe a fallos de los vehículos.
Aunque hay fallos que pueden ser del momento y que no podían predecirse, hay otros que sí. En muchos casos, si los vehículos hubieran tenido el mantenimiento adecuado, estos fallos en carretera no se producirían.
Las cifras lo demuestran. A pesar de la obligación de pasar la ITV, hay un 28% de accidentes de tráfico que involucran a vehículos que presentan algún defecto en el momento del accidente. Este es un dato que difunde la Dirección General de Tráfico y que corrobora la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la ITV.
Estos números muestran que existe una relación significativa entre la seguridad en el tráfico y el estado de los vehículos. Y corresponde a la DGT controlar que los conductores cumplan con la obligación de la inspección de vehículos.
Precisamente, la obligación de la Inspección Técnica Vehicular tiene esta finalidad.
¿Por qué es necesaria la ITV?
En la ITV se controla el estado de los neumáticos, los sistemas de frenos, fallos en la dirección, deficiencias en la suspensión o iluminación, que cuando fallan pueden provocar accidentes.
En cuestiones de tráfico, parece que el usuario de las carreteras y los vehículos solo obedece normas cuando si no lo hace hay sanciones. Algunas personas son muy conscientes de que su vida y la de otros usuarios de las vías públicas dependen en gran medida del estado de su vehículo.
Son los que cumplen con los plazos de la ITV, y los que probablemente si la inspección no existiera igual realizarían una revisión de sus coches.
Pero no son todos. Por eso, para evitar que los que tienen tendencia a incumplir la normativa pongan en riesgo la seguridad, los agentes tráfico controlan la vigencia de la ITV de los vehículos que circulan.
¿Qué pasa si los agentes de la DGT encuentran que el vehículo no tiene la ITV en las condiciones reglamentarias?
Existen diferentes tipos de infracciones a la obligación de circular con la ITV en las condiciones que exige la ley. Todas son sancionables.
Una de estas infracciones es circular con la ITV vencida. Y, por lo tanto, este incumplimiento de la obligación de tenerla vigente se sanciona. La frecuencia de la renovación de la Inspección depende del tipo de vehículo y de su antigüedad.
Si el vehículo tiene menos de 4 años de antigüedad, está exento de la ITV. Entre los 4 y los 10 años se debe renovar cada 2 años. Los vehículos que tienen más de 10 años rodando tienen que pasar la ITV cada año.
La multa por circular con ITV vencida es de 200 euros, aunque se reducen a 100 si se paga en los 20 días siguientes al control.
Otro tipo de infracción vinculada a la ITV es haber tenido observaciones al realizar la inspección y seguir circulando sin solucionar esos problemas para después volver a pasar la inspección. La multa sube a 500 euros.
¿Sirve presentar la constancia de que se tiene cita para la renovación?
La normativa es clara. Establece que los vehículos deben tener la inspección técnica actualizada en todo momento. Por lo tanto, tener la constancia de que se ha reservado turno para la renovación no exime de la obligación de haberla pasado en el momento correspondiente.
Sin embargo, si la cita tiene fecha anterior a la caducidad, los agentes de la DGT pueden considerarlo como atenuante. Es una realidad que la disponibilidad de turnos en algunos centros no alcanza a cubrir las demandas. Pero no garantiza que se evite la multa de los 200 euros.
La DGT avisa a los propietarios de los vehículos que la ITV está próxima al vencimiento. Por su parte, los centros de la inspección reciben a los vehículos con 30 días antes de la caducidad. Así que no hay excusas.