Hay una tendencia natural a tratar de personalizar nuestro coche, hacer cambios que rompan con el hecho de ser una máquina fabricada en serie, y que se convierta en algo más nuestro. Por eso el interés en colocar pegatinas, luces adicionales, placas diferentes, etc.
Y están los cambios y agregados que sirven para ampliar las funciones o la capacidad del coche, como los portaequipajes en el techo, o las bolas de remolque, que son sumamente útiles, pero que también pueden ser causa de problemas, y hasta de multas, si no cumplen con las normas de la DGT.
Las bolas de remolque deben estar homologadas
Muchos coches nuevos, especialmente los todoterrenos, traen entre sus accesorios principales una bola de remolque que sirve principalmente para enganchar un remolque, para llevar carga adicional, otro vehículo o para arrastrar una caravana, y que también es útil para colocar portabicicletas y otros equipos.
Es común que esta extensión tan práctica se agregue a turismos que originalmente no lo traen en su diseño, y es aquí donde pueden comenzar los problemas con la DGT.
La DGT no prohíbe la incorporación de las bolas de remolque a los vehículos, pero señala que estas deben cumplir con una serie de normas, como cualquier otra modificación importante que se haga en el coche. En la normativa se incluyen dos puntos principales: que la bola se coloque en un taller autorizado, y que esté homologada.
Una manera de ahorrarse problemas con la bola de remolque es instalarla en el mismo concesionario donde se compra el vehículo, pues si se hace en otro taller, aunque esté autorizado, necesitaremos también un informe de conformidad.
¿Qué pasa si la bola de remolque no está homologada?
Si instalamos la bola de remolque por nuestra cuenta, o no lo hacemos en un taller certificado por la DGT, es muy probable que terminemos pagando una multa de 400 euros. Además, que nos obliguen a quitarla, si se trata de una bola de remolque fija.
Normalmente, si la bola de remolque está colocada sin usar y obstaculiza la lectura de la matrícula posterior, la multa puede ser de 200 euros, igual que en otras infracciones consideradas graves.
Pero a estos 200 euros se pueden sumar 200 más si la bola de remolque no está homologada, y no está registrada en la ficha técnica del vehículo. En este caso, podremos tener verdaderos problemas.
Cuando la bola viene instalada desde el concesionario, esta modificación ya está incorporada en la ficha técnica del vehículo, lo que la hace completamente legal. Sin embargo, si se incorpora en otro taller, aunque esté autorizado, hay que disponer de un informe de conformidad, elaborado por el taller, para poder agregar el cambio a la ficha técnica.
Dos tipos de bolas y una discusión
Las bolas de remolque pueden ser fijas o desmontables (las que tienen una base fija y otra que se puede quitar). Es con estas últimas que las autoridades parecen tener problemas, aunque tampoco parecen tener claro cuándo se trata de una infracción y cuándo es legal.
Las autoridades pueden multarnos por llevar la bola de remolque desmontable puesta, aunque sin usar, con el argumento de que dificulta la visibilidad de la matrícula. No obstante, los conductores que han reclamado esta infracción, por considerarla injustificada e ilegal, han tenido éxito en el la reclamación.
Realmente no importa si la bola de remolque es fija o desmontable, si ya está incluida en la ficha técnica se supone que está bien colocada, y que no debe dificultar la visión de la matrícula, siendo por tanto perfectamente legal.
Por último, es bueno recordar que cualquier modificación que se haga al coche, como incorporar una bola de remolque, debe notificarse al seguro, pues puede obligar a hacer también cambios en la póliza.
