Las rotondas han sido pensadas y diseñadas para mejorar el tráfico y evitar conflictos y accidentes. Sin embargo, los accidentes en rotondas siguen siendo una preocupación destacada para la DGT. En apariencia, la circulación en las rotondas es muy sencilla. Sin embargo, en la práctica tiene cierta complejidad que se incrementa por desconocimiento de las reglas, por distracciones o por imprudencia de los conductores.
La mayor parte de los accidentes en rotondas se deben al comportamiento imprudente de conductores. Son puntos críticos en los que la DGT ha puesto el foco intentando educar a los usuarios, señalizar el espacio y controlar para prevenir.
¿Por qué existen tantos problemas al circular en las rotondas?
Hay opiniones que sostienen que existe cierta confusión normativa. Lo que en la teoría parece sencillo y fácil de respetar, cuando el conductor se encuentra circulando en la rotonda se convierte en un laberinto en el que se deben tomar decisiones rápidas. Algunos conductores dudan y frenan demasiado. Otros aceleran para entrar primero. Y esta mezcla de aceleramientos y frenazos provoca situaciones de riesgo especialmente en las horas de intenso tráfico.
El conductor debe circular atento a la señalización, muchas veces insuficiente, al resto del tráfico y al momento en que saldrá de la rotonda. Todo al mismo tiempo. Y en esa atención multifocal se producen errores que pueden ser fatales.
Respetar las prioridades: clave para circular por una rotonda
El respeto a las prioridades de acceso, dentro y de salida de las rotondas es el principio que garantiza su funcionamiento eficiente y seguro. Una de las reglas fundamentales que regulan las prioridades es ceder el paso a los vehículos que ya están dentro. Cuando esta prioridad se ignora la rotonda se convierte en un punto de conflicto y probablemente de accidentes.
Las consecuencias de esta falta de atención a las prioridades generan frenazos, colisiones laterales, maniobras bruscas y evasivas. Además, el entorno se siente inseguro y esta sensación afecta a los conductores. Tanta es la importancia que tienen las prioridades para la ley que el artículo 74 del Reglamento General de Circulación fija en 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir, la multa por no ceder el paso al vehículo que tenía la prioridad.
Esta sanción puede subir a 500 euros y retirada de 6 puntos del carnet si el conductor manifiesta un comportamiento temerario. Y en ocasiones, cuando los agentes controladores consideran que se ponen vidas en riesgo, puede constituir un delito.
¿Cuáles son las condiciones de circulación en rotondas en las que insiste la DGT?
La DGT ha publicado en sus redes sociales contenidos básicos que recuerdan a los conductores cómo deben proceder en una rotonda. Se marcan algunas condiciones básicas. En primer lugar, la DGT destaca que cuando un vehículo se acerca a una rotonda para acceder a ella, el conductor debe tener presente que tiene que ceder el paso a los que ya están dentro. Por lo tanto, recomienda reducir la velocidad y esperar pacientemente a tener un hueco para ingresar.
Otro punto clave es la salida de la rotonda. Hay que abandonar la glorieta por el carril exterior en todos los casos. Está prohibido cruzarse carriles para salir. Si se le ha pasado la salida porque no ha podido llegar al carril exterior, el conductor deberá dar otra vuelta hasta lograrlo. También es preciso tener presente que los ciclistas mantienen la prioridad sobre los vehículos de motor en el acceso. Si hay una fila de bicicletas, debe respetarse. El vehículo podrá ingresar una vez que ya ha accedido el último de los ciclistas.
Es imprescindible señalizar cada maniobra con los intermitentes, en especial los cambios de carril y la salida. Avisar con anticipación a la maniobra ayuda a evitar conflictos y siniestros. Se trata de conducir con los cinco sentidos puestos en la rotonda y en su dinámica para transitar atendiendo a la normativa.