Si los conductores piensan que pueden librarse de los controles de la Guardia Civil en la montaña, entre los árboles o en el campo, se equivocan. El Seprona está alerta, vigilando y protegiendo a la naturaleza. Sus helicópteros aparecen en los lugares y momentos más inesperados y no se puede escapar a su ojo atento.
Es una realidad que en entornos de monte o de campo a veces se realizan actividades que pueden dañar gravemente al medio ambiente. La circulación en sí misma erosiona los espacios terrestres y se corre el riesgo de perjudicar la vida animal y vegetal, por ejemplo, con la caza furtiva o la tala de árboles. Un domingo, por desconocimiento o por travesura, un grupo de motoristas circulaba por una zona protegida cuando fueron detectados por un helicóptero del Seprona. Y comenzó la persecución.
¿Qué dice la ley de la circulación en áreas protegidas?
Los controles que realiza el Seprona no son caprichosos, obedecen a lo dispuesto en la normativa. La ley 43/2003, de Montes y la Ley 3/1995, de Vías Pecuarias regulan la circulación de los vehículos motorizados en zonas de montes y en los campos.
Ambas leyes establecen que la circulación por terrenos forestales y por campos, tanto públicos como privados, está prohibida. Las restricciones se proponen preservar la biodiversidad, garantizar la sostenibilidad y prevenir incendios. Por tanto, en estos lugares solo se autoriza la circulación por los caminos autorizados. La ley establece excepciones, que se refieren a caminos que conducen a fincas o zonas de trabajo rurales.
Si bien estas leyes son jerárquicamente superiores a las ordenanzas municipales y locales, en ellas se prevé que estos organismos de gobierno pueden permitir circular por determinados caminos en determinadas circunstancias.
Cuando un vehículo circula fuera del asfalto por un campo o por un monte, debe llevar consigo una autorización del municipio. En estos casos, la velocidad máxima autorizada es, siempre, 20 km por hora. Los motoristas que fueron perseguidos por el helicóptero del Seprona circulaban ilegalmente. Por lo tanto, los guardias civiles procedieron a poner en marcha una intervención.
¿Qué pasó con los motoristas interceptados por el Seprona?
El grupo, que los guardias dicen que eran seis, pero los capturados declaran que eran 4, circulaba por un cauce estacional en Granada. La reglamentación de Andalucía prohíbe circular por un cauce, tenga o no tenga agua. En el momento del operativo estaba seco. En un vuelo de control, los agentes del helicóptero visualizaron a los infractores. Inmediatamente coordinaron con la patrulla terrestre para detenerlos.
Los motoristas no ofrecieron resistencia. Detuvieron sus máquinas y procedieron a identificarse con la presentación de sus documentos. Siguiendo con el protocolo, los guardias recopilaron pruebas en el lugar, tomaron fotografías y escucharon a los involucrados. Con esta información realizaron un acta de denuncia detallando la infracción observada.
¿Cuál es la sanción por circular en vehículos motorizados por zonas protegidas?
Las infracciones se sancionan, esto es lo que dice la normativa. Las sanciones varían en función de la gravedad del hecho y del daño causado.
Las infracciones leves, implican multas entre 100 y 1000 euros, solo por transitar por espacios prohibidos sin causar daños importantes. Si se causa deterioro ambiental o se circula en grupo, la multa puede subir hasta los 3.000 euros. Y en caso de infracciones muy graves, como provocar un incendio, por ejemplo, el caso puede pasar al ámbito penal.
No se ha difundido aun cuál fue la sanción de este grupo de motoristas. Si bien no se constataron deterioros ambientales significativos, viajaban en grupo. Y esta condición parece ser un agravante. Una multa segura se han llevado, aunque no se sabe a cuánto ascendió.