La llegada del invierno y la necesidad de encender la calefacción siempre provocan que aparezcan sugerencias para ahorrar sin renunciar al bienestar y al confort.
El aumento de los precios de la energía y la incertidumbre de cómo serán los costes en los meses venideros, preocupa a muchas familias. Algunas optan por cambiar sus hábitos de vida, reduciendo lo más posible los momentos y los espacios en los que se enciende la calefacción.
Los temas del invierno son la eficiencia energética y las regulaciones de los aparatos calefactores, para que rindan más gastando menos. La idea que centra todos los intentos de economizar es mantener una temperatura adecuada en el hogar sin que aumente demasiado la factura mensual.
El boom de la economía parece estar en las bombas de calor o en las estufas de biomasa, que, además de economía, atienden a la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, la mayor parte de las personas usan el sistema que ya tienen instalado en su casa.
Y empiezan las especulaciones: que si ponerlo al mínimo, que es mejor a temperatura media, que hay que encenderlo un rato y luego apagarlo.
¿Se ahorra energía si se mantiene la calefacción encendida a baja temperatura durante todo el día?
Circula la opinión de que si se mantiene la calefacción encendida a baja temperatura durante todo el día se economiza energía. La idea se basa en una lógica aparentemente sencilla. Si todo el día hay calefacción, la vivienda nunca se enfría del todo.
Por lo tanto, el sistema no necesita aumentar su potencia para volver a calentarla. Entonces se ahorra en consumo.
Jorge Morales de Labra, experto en energía, ha desmentido esta afirmación. El técnico explica que es falso desde el punto de vista energético. La razón es que cualquier sistema de calefacción consume energía cada vez que está funcionando.
Por lo tanto, si se mantiene continuamente encendido, aunque sea a baja potencia, el gasto se acumula durante muchas horas. En cambio, si se apaga la calefacción cuando no se necesita y se enciende solo en los momentos en que hace falta, el consumo total es menor porque el sistema trabaja menos tiempo.
Esta opinión también ha sido difundida por el medio especializado en salud y bienestar “Cuerpomente”. Todos los técnicos sostienen lo mismo. Un sistema funcionando durante horas sin pausa consume más energía que funcionando en forma puntual.
¿Cuál es la mejor manera de economizar energía en la calefacción?
El Centro Nacional de Educación Ambiental, entidad gubernamental española, también informa acerca de qué se puede hacer para lograr ahorrar energía en la calefacción.
En sus documentos explica que se gasta menos energía apagando la calefacción cuando no se la necesita. Mantenerla apagada durante la noche o al ausentarse de la vivienda disminuye el consumo y, por tanto, economiza.
Para ahorrar energía una buena estrategia es elegir inteligentemente los momentos en los que se enciende el sistema de calefacción y aquellos en los que se apaga. Esta elección depende del estilo de vida de las personas, de sus hábitos.
La tecnología puede contribuir a esta racionalización energética. Los termostatos inteligentes son herramientas muy eficaces que las personas desaprovechan.
Permiten programar el encendido media hora antes de regresar a la vivienda. De este modo, cuando las personas llegan la temperatura será agradable. También se regulan los equipos para que mantengan la temperatura en el rango entre 18° y 21°, es lo indicado para equilibrar confort y consumo.
Hay un dato que la gente no tiene en cuenta. Cada grado por encima de estos valores aconsejados supone un aumento significativo en la factura, que puede llegar a unos 100 euros más al año.
Los especialistas también agregan otras sugerencias. Revisar puertas y ventanas para que evitar fugas y corrientes, cerrar habitaciones que no se usan, realizar mantenimiento de los equipos antes del invierno, son también factores que contribuyen a la economía.