Hay pequeños milagros que literalmente están al alcance de la mano, o en uno de nuestros bolsillos, como el de tener una moneda de 1 o 2 euros con la que podríamos costear las vacaciones de verano en un lugar soñado. Parece una fantasía, pero si tienes en tu monedero una moneda de 1 euro acuñada en Irlanda, podrías ser una persona afortunada.
Seguro que has escuchado hablar de la numismática, un campo que abarca desde la colección de monedas hasta el estudio de otras formas de pago, como billetes y valores. Además, un sector que en el ámbito del coleccionismo puede hacer que monedas sencillas puedan llegar a valer más de 100.000 euros.
La moneda de 1 euro que nos puede dar mucha suerte
¿Imaginas una moneda de 25 centavos de dólar por la que te puedan dar 143.000 dólares? Pues existe, se trata de las “Washington Quarters”, monedas que se acuñaron en 1932 para conmemorar el bicentenario del prócer americano y que han alcanzado estos valores en subastas.
Claro, es improbable que tengamos una de estas monedas en el bolsillo o en un monedero olvidado en un cajón, y en cambio, si viajamos en algún momento por Reino Unido, o hemos interactuado de algún modo con turistas irlandeses, sí es posible que tengamos una moneda de 1 euro por la que los coleccionistas pueden pagar hasta 800.
Se trata de una moneda de 1 euro acuñada en Irlanda en 2002, que en su anverso lleva la imagen de un arpa celta, el año de acuñación y el antiguo nombre de Irlanda, “Eire”, rodeados por las 12 estrellas de la Unión Europea.
Es una típica moneda de 1 euro, con su valor y el mapa de Europa en el reverso; bimetálica, con una base de níquel recubierta con cobre y rodeada por un anillo de níquel y latón, que pesa 7,5 gramos y tiene un diámetro de 23,25 milímetros. Es exactamente igual que otras monedas de 1 euro, excepto por el arpa y el nombre antiguo de Irlanda, pero esta diferencia es suficiente para que los coleccionistas paguen por ella hasta 800 euros.
Otras monedas extremadamente valiosas que pueden estar en nuestros bolsillos
Cuando se habla de numismática o, en general, de monedas valiosas, se piensa de inmediato en doblones españoles o en antiguas monedas persas, griegas y romanas. Y es cierto, son a menudo esta clase de piezas las más valiosas, aunque también hay monedas contemporáneas por la que los coleccionistas están dispuestos a pagar mucho dinero.
Los criterios que llevan a que una moneda reciente adquiera un enorme valor para los coleccionistas tienen que ver con errores curiosos que se hayan producido al hacerlas, el número de monedas que se acuñaron y otras características que pueden hacerlas especiales (ser de países desaparecidos, conmemorar un evento histórico o deportivo, etc.).
Ejemplo de esto es una moneda de 2 euros acuñada en 2008, que ha alcanzado un valor entre los coleccionistas hasta de 30.000 euros. Esta moneda fue acuñada en Stuttgart, y lo que la hace tan valiosa es que en vez de llevar el mapa completo de Europa se hizo con el mapa de los países de la Unión Europea, lo que constituyó un error.
Curiosamente, son errores como estos los que hacen tan valiosas las monedas para los coleccionistas. Otro caso interesante y contemporáneo es el de un 1 céntimo de euro acuñado en Alemania en 2002 y que fue diseñada por el arquitecto Rolf Lederbogen.
Estas humildes monedas se hacen con un núcleo de acero recubierto de cobre, pero un lote de esta edición salió sin el recubrimiento, lo que las hace más brillantes. Este detalle las hace más valiosas para los coleccionistas, que pueden llegar a pagar hasta 50.000 euros por una pieza que esté en buenas condiciones.




