La normativa no siempre consigue impedir las transgresiones. El ser humano es muy hábil para eludir y burlar las regulaciones establecidas. Busca grietas o vacíos legales que permitan evitar las consecuencias de una norma, incluso cuando esa regla se haya creado con la intención de resolver un problema.
La creatividad humana aplicada a la búsqueda de soluciones para evitar castigos o restricciones parece ser ilimitada, y es muy difícil para las autoridades prever todas las situaciones posibles.
Las regulaciones de la DGT son terreno fértil para estas triquiñuelas. Los conductores piensan que con ellas no le hacen mal a nadie. Solo se salvan de multas y de sanciones que el organismo del tráfico.
Una de estas estratagemas que muchos conductores suelen usar para evitar sanciones de la DGT es el «método gallego». Así le llama la DGT a una práctica bastante habitual para saltarse radares, controles de alcoholemia y otras restricciones.
¿En qué consiste el «método gallego»?
El «método gallego» consiste en compartir información en tiempo real sobre la ubicación de radares móviles, controles de alcoholemia, controles especiales de velocidad y otras presencias que son molestas e inconvenientes para los infractores. Los medios de mensajería como WhatsApp, Telegram y otras redes sociales son los canales utilizados por los evasores.
Los grupos se integran por conductores que ya conocen su finalidad. Son miles de seguidores que se ponen en alerta unos a otros sobre la presencia de controles. La labor de las autoridades se vuelve difícil.
Es una muestra más de que las de una de las caras más negativas de la tecnología en la sociedad moderna. Es cierto que la digitalización y el avance de los sistemas de control de tráfico han facilitado el proceso de castigo a los infractores, permitiendo una vigilancia más eficaz y precisa.
Sin embargo, la tecnología también es utilizada para manipular o burlar las leyes. En manos de las personas tramposas, se vuelve un medio para eludirlas.
«Si otros lo hacen y les resulta bien, por qué yo no, piensan muchos». Con la preocupación por una multa, pierden de vista el objetivo clave de las normas: la seguridad vial.
¿De dónde viene el nombre de «método gallego»?
Esta práctica se popularizó en Galicia. El nombre fue usado por la DGT por extensión de dos casos que fueron sancionados en esa provincia española. Uno de ellos es el de un ciudadano con domicilio en La Coruña.
Esta persona gestionaba grupos de WhatsApp cuya única finalidad era intercambiar información en tiempo real sobre la presencia de policías en las carreteras de A Costa da Morte.
No solo utilizaba WhatsApp. También realizaba publicaciones en Facebook, X e Instagram. A este transgresor parece que el primer castigo no le hizo mucho. Se dice que actualmente tiene dos denuncias en curso por los mismos hechos.
Además, en Galicia se ha dispuesto otra sanción que fue muy difundida a una conocida empresa española que maneja una aplicación muy popular que avisa de la presencia policial en carreteras.
Más allá de su nombre, el «método gallego» no es exclusivo de Galicia. Es una práctica ilegal en todo el territorio Español.
La DGT se muestra preocupada
El problema que genera el «método gallego» preocupa a la DGT, ya que está limitada en sus acciones. Existe un vacío legal, pues las aplicaciones por sí mismas no infringen ninguna ley. Nada prohíbe que los usuarios compartan información.
Sin embargo, el organismo está investigando posibles modificaciones a la normativa que permitan un ajuste y mayores sanciones.
La DGT advierte a los usuarios del «método gallego» que avisar sobre controles se considera infracción grave, según lo establece el Reglamento General de Conductores
