Los cambios en los supermercados, como Mercadona, no siempre son bienvenidos por los clientes. Es natural que existan momentos en los que el establecimiento deba realizar reorganizaciones de localización de productos o de sistemas de ventas para adaptarse a las nuevas tendencias.
Sin embargo, hay gente que tiene rutinas de compras que les resultan muy cómoda y no están dispuestas a cambiarlas. Compran la carne o el pescado determinados días de la semana, por ejemplo. O esperan algunas ofertas de otros productos para realizar una compra grande.
Y para estas personas, no es para nada grato entrar al supermercado en el que siempre han comprado y encontrar que las cosas han cambiado. Se sienten frustradas por el impacto de estos cambios en sus rutinas y critican el establecimiento considerando que no tiene en cuenta al cliente.
En realidad, es todo lo contrario. Generalmente estos cambios son el resultado de investigaciones de mercado realizadas por técnicos que conocen bien el asunto. Siempre hay una razón, un fundamento para renovar.
Son las tendencias que muestran los clientes las que generan los cambios. Los comercios que quieren mantenerse vigentes en el mercado tienen que adecuarse e innovar. Y esto es lo que hacen cuando cambian.
Los cambios en Mercadona que han ocasionado polémicas y quejas de clientes
Mercadona es uno de los supermercados más populares en España. Desde el primer comercio instalado en 1977, la cadena ha crecido significativamente. Cuenta en la actualidad con 1.637 supermercados en España y 39 en Portugal.
Esta expansión de la firma es un indicador claro de que aplica estrategias exitosas, aunque algunos clientes no las entiendan.
Uno de los cambios recientes que la cadena ha puesto en marcha tiene que ver con la venta de pescado. Tradicionalmente, Mercadona tenía una sección de pescadería en la que vendía pescados frescos. Atendía un encargado al que el cliente solicitaba lo que quería. Envolvía, pesaba, ponía la etiqueta para el pago.
Pero el día del cambio, los clientes acostumbrados a comprar el pescado lo encontraron envasado al vacío en bolsas que ya estaban pesadas y listas para colocar en el carrito de compras.
Las quejas se hicieron sentir, y las redes sociales las multiplicaron. Hubo clientas que amenazaron con cambiar de supermercado, porque no estaban dispuestas de comprar el pescado en bolsas, tal como se lo ofrecía ahora.
La explicación de Mercadona
Ante el alboroto y las protestas, Mercadona dio la cara y presentó la justificación al cambio en el sistema de venta de pescado implementado en sus supermercados.
Durante muchos meses, la empresa analizó el sistema de venta de pescado limpio y ya preparado en bandejas. Las revistas especializadas anunciaron que este nuevo modelo desplazaría al sistema de venta tradicional.
Es un hecho que, en todas las áreas, la gente opta por lo que le da menos trabajo. Si viene semi preparado o preparado del todo, mejor. A esta nueva realidad, que también se vive en la sección de los pescados, es a la que atiende el nuevo sistema de venta de pescado de Mercadona.
También se argumentaron razones de facilitar las compras a la gente. Se reducen las colas en la pescadería, y se acortan los tiempos de espera. Los tiempos de preparación en la cocina de casa también disminuyen. Según estos argumentos, todo apunta a que el cliente se favorece con el pescado envasado.
Portavoces de la compañía explicaron que con el nuevo mecanismo la empresa se propone estimular el consumo de pescado. Además, aclararon que sus productos son de primera calidad, como siempre lo han sido.
La función del envase es garantizar y preservar la calidad y las propiedades del producto al evitar la exposición al ambiente. Son bolsas que pueden ser recicladas.
Las explicaciones de la empresa indican claramente que el cambio en la sección de pescadería se implementa a modo de prueba en algunos de los supermercados.
