Un gran número de familias españolas viven rodeadas de deudas y compromisos con los que deben cumplir mensualmente para mantener a flote la economía doméstica, pagando deudas por un lado, y por el otro tomando nuevos préstamos. Se trata de un juego agotador, y que a veces puede terminar muy mal. Es un equilibrio frágil que puede venirse abajo si se suman a las deudas factores externos que impiden que cumplamos con los compromisos financieros. Eso es lo que le ocurrió a un matrimonio de Castellón de la Plana, que por diversas razones terminó viéndose ahogada en deudas por 110.000 euros.
Un matrimonio con una serie de sucesos desafortunados
La historia es terrible, y más frecuente de lo que parece: un hombre que trabajaba como operario en la industria azulejera vio afectado su trabajo por la pandemia de Covid-19 en 2020. La caída de la actividad productiva, que afectó a España y gran parte del mundo, lo obligó a trabajar mucho tiempo en situación de ERTE, cobrando solo la mitad del sueldo, mientras su pareja, que trabajaba en el sector de la hostelería, pasaba por largos períodos de desempleo.
Esta situación llevó a la pareja a endeudarse con la tarjeta de crédito y a través de préstamos personales para poder cubrir los gastos diarios y otros compromisos financieros. Llegaron a un punto en el que tampoco podían cubrir los compromisos adquiridos a través del crédito. Comenzaron entonces las llamadas agresivas de los acreedores y una presión emocional cada vez mayor, que terminó provocando un infarto al hombre en 2020. No era para menos, ya entre los dos tenían una deuda acumulada e impagable de 110.000 euros.
Una boutique legal
Suena a algo donde podemos endeudarnos mucho más, pero no es así; una boutique legal es un bufete especializado en derecho laboral, propiedad intelectual y otras materias legales, formado por pocos abogados que ofrecen atención personalizada.
La pareja solicitó los servicios de un bufete de esta clase, Bergadà Abogados, dirigido por Marta Bergadà, y que pudo demostrar en el Juzgado de lo Mercantil Número 1 de Castellón de la Plana que la pareja se había endeudado sin mala intención. Se demostró también que la presión ejercida por acreedores y entidades financieras había sido excesiva y agresiva.
De acuerdo con Marta Bergadà, “estas acciones tienen un impacto negativo en la salud mental y en el bienestar de la persona afectada. Por eso, no hay que olvidar que dichas acciones pueden constituir violaciones de los derechos personales del deudor”.
El juzgado falló a favor de los deudores perdonándoles la deuda acumulada por ambos, 110.187 euros (55.093 cada uno), al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad.
Ley de la Segunda Oportunidad
“Esta herramienta legal permite que personas honestas, que se han endeudado sin mala fe, puedan empezar de nuevo. Aún hay muchos ciudadanos que no saben que pueden acogerse a este procedimiento”, afirma Marta Bergadà. En este caso, la ley ayudó a una pareja, que no había tenido intenciones de endeudarse de esta manera, a recuperar su vida y comenzar de nuevo, sin el lastre de una deuda impagable.
El nombre formal de esta ley es Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social. Se trata de una herramienta para ayudar a personas que acumularon deudas sin mala voluntad, a reestructurar la deuda, e incluso a eliminarla, para que puedan tener un nuevo comienzo.
En palabras de Marta Bergadà: “Sigue siendo una vía eficaz para personas físicas que necesitan dejar atrás las deudas y recuperar su estabilidad económica y personal”.