Sudamérica es uno de los continentes con mayor diversidad de fauna en la Tierra, característica que se atribuye a su gran variedad de climas y de paisajes. Desde las selvas tropicales del Amazonas hasta los desiertos de Atacama, los Andes y la Patagonia, en cada ecosistema viven especies únicas adaptadas a sus condiciones específicas.
Por ejemplo, en la región amazónica la selva ecuatorial ofrece un hábitat adecuado para jaguares, anacondas, delfines rosados y una increíble variedad de aves y anfibios. En contraste, los Andes presentan una fauna adaptada a la altitud y a los fríos, como la vicuña, el cóndor, el oso de anteojos.
Una de las regiones que está sorprendiendo a los estudiosos de la fauna en estos tiempos es la zona de los bosques húmedos de Brasil. ¿Cuál es la sorpresa? Recientes avistamientos y estudios han confirmado la presencia del tapir sudamericano, una especie que se registró como perdida durante un siglo.
Los registros de la presencia de tapires en la Costa Verde de Brasil
La Costa Verde de Brasil se caracteriza por una naturaleza exuberante, que combina climas húmedos y abundante vegetación con buena presencia de agua. En ese paisaje natural existen las condiciones esenciales para la vida del tapir.
Sin embargo, durante 100 años los investigadores no lograron detectar la presencia de ningún ejemplar de tapir en las zonas observadas. Y con ese siglo de ausencia, los científicos supusieron que el tapir se había extinguido, por lo menos en esas zonas.
Pero recientes avistamientos de este animal renuevan el interés y el entusiasmo de los investigadores y conservacionistas.
Las cámaras del Instituto Estatal de Medio Ambiente de Río de Janeiro ubicadas en el Parque Estatal Cunhambebe, en Brasil, registraron la presencia de tres tapires. El grupo incluía una hembra y su cría y se movía por los densos bosques de la Mata Atlántica.
Este descubrimiento se valora como una importante oportunidad para recuperar esa especie en vías de extinción que, además, tiene una importante función en el equilibrio ecológico.
La importancia del tapir para la ecología
El tapir es un mamífero herbívoro, el más grande conocido en Sudamérica. Habita principalmente las selvas tropicales y los bosques húmedos de América del Sur. También se desarrolla en áreas pantanosas, en las que puede moverse con facilidad.
Llega a medir entre 1,80 y 2,5 metros de largo y pesar entre 250 y 300 kilos. Su cuerpo es robusto y se desplaza cómodamente tanto en la tierra como en el agua. Tiene un hocico largo y flexible que se extiende como una trompa.
La reaparición del tapir en Brasil es de gran importancia debido a su papel fundamental en la dinámica de los bosques y selvas donde habita. Se le considera «el jardinero de los bosques».
Su alimentación se basa en frutas, hojas y brotes, cuyos restos excreta en diferentes lugares mientras se desplaza. Gracias a este proceso, el tapir contribuye a la regeneración de la vegetación y al mantenimiento de la biodiversidad.
Es un animal solitario y la hembra tiene pocas crías durante su vida. El período de gestación es largo, y estas condiciones determinan en parte la vulnerabilidad de la especie. Como suele ocurrir, el hombre es su principal depredador.
La reaparición del tapir en Brasil indica que, pese a las amenazas como la deforestación y la casa furtiva, existen hábitats en los que aún puede sobrevivir. Su regreso ha sido interpretado como una señal positiva sobre la efectividad de los esfuerzos de conservación y la restauración de hábitats degradados. Por su parte, los científicos preparan estrategias para su preservación y recuperación.
