Cada año, cuando se acerca la época de la declaración de la renta las personas sienten cierta inquietud. Comienzan las especulaciones acerca de si este año tocará pagar más de lo esperado, o si por el contrario habrá alguna sorpresa que alivie un poco la economía familiar.
Para muchos, enfrentarse al borrador de la Agencia Tributaria es como abrir una carta con noticias inciertas. Hay personas que entienden algo de fiscalidad y que, por su cuenta, repasan las cifras y los conceptos fiscales.
Muchos contribuyentes quieren liberarse del trámite lo antes posible, por lo que encomiendan sus asuntos económicos a gestores fiscales. Pero lo cierto es que siempre la espera hasta obtener el resultado final sigue siendo motivo de nervios.
¿Qué se anuncia para el 2025?
En abril comienza la campaña para la declaración de IRPF. Las noticias no son buenas para las personas que perciben entre 22.000 y 35.200 euros al año. Algunos expertos anuncian que deberán pagar a Hacienda entre 400 y 900 euros.
El sistema de la Agencia Tributaria a veces da y a veces pide que se le devuelva. En este equilibrio entre lo que a cada contribuyente se le retuvo durante un año y lo que paga en los siguientes, se mueve esa incertidumbre anual.
¿Por qué hay personas a las que seguramente les aparecerá que tienen deuda con la Agencia Tributaria?
El sistema del IRPF funciona a partir de retenciones que son como adelantos del impuesto que los contribuyentes deben pagar. A lo largo del año, los empleadores y las entidades que pagan, aplican una retención sobre los ingresos de los trabajadores en función de su salario. Inciden también su situación personal y familiar.
Estas retenciones se descuentan cada mes directamente de la nómina o de los pagos de empleados y autónomos. El objetivo es que al finalizar el año fiscal la carga tributaria esté cubierta, por lo menos parcialmente.
En este equilibrio entre lo que se le ha retenido y lo que debe pagar está la clave para que al año siguiente se le deba dinero a Hacienda o, por el contrario, la Agencia Tributaria deba devolver dinero al contribuyente porque se le ha retenido demás.
¿Qué ha pasado este año?
Puede ocurrir que la cantidad retenida no siempre coincida exactamente con lo que el contribuyente debe pagar según sus ingresos anuales totales y las deducciones fiscales aplicables.
Y esto es lo que ocurre en 2025. Los analistas realizan sus cálculos y concluyen que, la reglamentación de retenciones provocó que en 2024 muchos contribuyentes tengan que pagar en 2025.
La normativa modificó los cálculos de las retenciones aplicadas sobre las nóminas de los trabajadores. Permitió que durante 2024 se les descontara menos IRPF en sus sueldos mensuales.
Como consecuencia, muchas personas percibieron un salario neto ligeramente mayor. Y todos estaban felices, porque no eran conscientes de que Hacienda no regala nada.
Ese incremento surgido de la retención por debajo de la que correspondía implicó el ajuste en la declaración del 2025. La situación afecta a los trabajadores que perciben entre 22.000 y 32.500 euros anuales.
¿Cuál es el efecto de la medida en los contribuyentes?
El efecto de la medida no es igual para todos, y genera diferentes situaciones.
Cuanto menor sea el salario y mayores sean las cargas familiares, mayor será la cantidad que deba pagar en la declaración. En este caso, la retención del 2024 habrá sido menor, por lo tanto la persona tiene más deuda.
Por otro lado, cuando más cerca estén los ingresos de 32.500 euros y menores sean las cargas sociales, menos se deberá pagar. La retención habrá sido mayor, y por lo tanto la deuda es menor.
Hacienda se ha ocupado de explicar que estos ajustes no implican que ahora se pague más impuesto que antes. Deja claro que lo que ahora se paga es porque no se retuvo antes. Es dinero que corresponde a Hacienda.