De algún modo, quizás tras una lucha de siglos en el caso de los abogados y de unas cuantas décadas en el caso de los psicólogos, en la conciencia colectiva se ha logrado imponer un principio que se puede resumir en la frase “toda consulta genera honorarios”.
La interpretación de esta frase es bastante sencilla: si vas a apelar a mi conocimiento sobre un tema y yo debo dedicar un tiempo para responderte, es natural también que pagues por ello. Entre otras cosas porque yo estoy proporcionándote un servicio, y estoy invirtiendo mi tiempo para resolverte un problema o una duda.
“No trabajamos gratis”
A propósito de este tema, recientemente un cartel colocado en la puerta de una tienda de informática se hizo viral en las redes, gracias a su reproducción en X por parte de la usuaria Maita (@demasiaupalbodi), que parece haber tocado un punto sensible, considerando el número de comentarios que provocó.
El contenido del aviso es el siguiente, y se reproduce el uso de subrayados, mayúsculas y negrillas:
“Estimados clientes:
Se informa de que NO TRABAJAMOS GRATIS, para cualquier consulta sobre funcionamiento de dispositivos, instalación de aplicaciones, etc. Se cobrará un mínimo de 20 euros.
Tiene que entender que esto es un negocio para ganar dinero, el conocimiento se paga. Si no está conforme entre en Google y consulte ahí todas sus dudas.
La educación es la base de toda civilización, pero de “muchas gracias” y de “me puedes hacer un favor” no se come.
Disculpen las molestias”.
Los comentarios
Puede parecer un cartel un poco agresivo, pero en general los comentarios apuntan a darle la razón a este informático enojado, como el de la siguiente usuaria:
“Grandioso, sobre todo por la manía (por no decir cara dura) que suele tener la gente cuando va a una tienda para cualquier cosa. Sin ofender a nadie, que contesto dudas cuando las sé de manera altruista, la gente luego te reclama hasta el último céntimo de esfuerzo”.
Y otros van directamente al tema de aquellos clientes que quieren que les instalen aplicaciones o les realicen otros servicios como si se tratara de un favor.
Es simple: una cosa es que estemos comprando un móvil o una Tablet en una tienda y, como parte del servicio que acompaña la compra, nos ayuden o nos aclaren dudas sobre su uso, y otra que entremos a una tienda solicitando ayuda para instalar un programa o resolver un problema.
En el segundo caso se trata de consultas que deben “generar honorarios”.
Pero hay consultas que no generan honorarios
No todos los casos son iguales, y podemos tomar a modo de ejemplo otro aviso que se hizo viral hace dos años, en los meses en los que Twitter pasó a llamarse X, y que fue colocado por un empleado o el dueño de un comercio en una calle céntrica de Buenos Aires, Argentina.
El tuit de Laura Palmera (@anchota_), comenzaba con la frase “No quiero saber tu signo, decime con qué ítem te identificas”, y a continuación seguía una larga lista de respuestas a las preguntas más frecuentes que hacen los transeúntes que entran a un comercio y que no van a comprar nada.
Estas son algunas de las respuestas:
PAMI: se mudó a Salta y Moreno (no sabemos los horarios).
Venta de tornillos: cualquier ferretería nosotros No
Telefónica: no sabemos nada “desapareció”.
Casa de la Miel: se fueron hace 15 años… Hace mucho que Ud. no anda por acá…
¿Pasa la grúa por acá?: Sí!!! Te llevan el auto.
Farmacia: sobre Av. Corrientes y otra sobre mi casa.
Calle Bartolomé Mitre: es en la que está parado.
Más allá del humor, hay comercios y locales que por su ubicación y por el flujo de transeúntes no pueden evitar esta clase de preguntas, y dependerá de la amabilidad del empleado, y de su paciencia, responder con gentileza o remitir al cartel.
