Hasta hace pocos años, era bastante común quedar después de concluir la jornada con compañeros de trabajo, o con amigos que nos esperaban en el bar de costumbre. Se trataba de tomar una caña o compartir una botella de vino mientras se comentaban los sucesos del día.
Pues algo ha pasado. No es que los amigos no sigan reuniéndose después del trabajo, sino que posiblemente no lo están haciendo en los bares tradicionales, o alrededor de cañas y copas. Lo vemos sin hacemos caso de las estadísticas y de las quejas de los propietarios de bares y restaurantes, que indican que cada vez se bebe menos.
Los españoles, y el resto del mundo, cada vez beben menos
A pesar de algunas campañas religiosas y moralistas, lo que llamamos civilización occidental y gran parte del resto del mundo han tenido el consumo de alcohol como parte importante de sus hábitos más enraizados y populares.
El alcohol está presente en fiestas, antes, durante y después de las comidas, en ceremonias religiosas, y en muchísimas actividades sociales, normales y tradicionales. Pero algo ha pasado.
Las cifras en España las proporciona la Encuesta de Salud de España 2023, hecha pública en mayo de este año, e indican que el consumo habitual de alcohol, mínimo una vez por semana, tanto en hombres como en mujeres, disminuye notablemente.
Entre 2006 y 2023 los hombres pasaron de un 64,8% a un 52,4%, y las mujeres de 46,4% a un 40,8%.
Otros porcentajes: en 2011 un 20% de los hombres consumían alcohol a diario; este porcentaje cayó a un 12% en 2023; y en las mujeres pasó de un 7% a menos del 4%.
A esto hay que sumar, o más bien restar, algunos datos aportados por Cerveceros de España, en su Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza 2024, en el que se señala que el consumo per cápita de cerveza cayó en un 5%, mientras que el de cerveza sin alcohol se incrementó en un 4%, y ya ocupa el 14% del mercado.
Datos de Estados Unidos
No es solo España. En una encuesta de Gallup, analizada recientemente por el New York Times, se registró una caída en el consumo de alcohol en Estados Unidos. En ese informe consta que en 20 años casi un 10% de los adultos dejó de tomar bebidas alcohólicas, creció el número de personas que se declaran abstemias y también aumentó el consumo de bebidas no/low alcohol.
No es como para angustiarse, si somos productores, distribuidores o comercializadores de alcohol, pues Europa sigue siendo el continente donde más se bebe en el mundo, con un consumo promedio de 8,8 litros de alcohol puro por persona al año.
La cifra es aportada por la Organización Mundial de la Salud, que sigue considerando el papel del alcohol en enfermedades y accidentes como un grave problema. Sin embargo, la OMS también reconoce que la ingesta de alcohol en Europa ha venido disminuyendo, pues en 2010 el promedio era de 10,2 litros.
¿Qué ha pasado con el consumo de alcohol?
Las campañas contra el consumo de bebidas alcohólicas nunca han sido tan agresivas como las que se continúan llevando contra el tabaco, y se han visto cruzadas por campañas sobre los supuestos beneficios del vino o la cerveza, así que la respuesta no parece estar por allí.
Esta disminución puede deberse a varios factores en conjunto: nuevas formas de entretenimiento, como los videojuegos, que son dominantes en las nuevas generaciones y se juegan en casa, solos o acompañados, sazonándolas con bebidas energéticas en vez de etílicas.
Por otro lado, tomar alcohol en bares y discotecas cada vez es más costoso, y el control cada vez más estricto del alcohol entre los conductores tal vez también ha incidido en un consumo menor.
Además, hay que mencionar el uso creciente de otras drogas recreativas, que gozan de mayor permisividad, como el cannabis, y lo que parece ser un rechazo generacional al alcohol, que se identifica con generaciones anteriores que van de retirada.
