La memoria es un elemento muy importante para el ser humano, ya que nos permite almacenar, retener y recuperar información, además de ser la clave para el aprendizaje y la adaptación al entorno que tenemos los individuos. Es por ello algo tan importante que debemos cuidar, ya que el paso del tiempo y el ritmo de vida acelerado que llevamos últimamente hace necesario que la fortalezcamos para que esté en sus plenas facultades.
Diversas actividades nos ayudan a ello, tales como leer, caminar, escribir, incluso algunos juegos son propicios para ello, pero lo que muchos desconocen es que hay otra cosa que podemos hacer y que es mucho mejor, siendo una de las más efectivas según diversos estudios: coser.
Los tipos de memoria y la función que tienen
Si bien es importante el saber por qué coser, una actividad que pensamos antigua y un poco desfasada nos ayuda, antes de nada es importante conocer diferentes tipos de memoria que tenemos, las cuales se dividen según su duración y función:
- La memoria sensorial registra información a través de los sentidos de manera momentánea.
- La memoria a corto plazo es la que retiene la información por un breve periodo y en una cantidad limitada.
- La memoria a largo plazo es la encargada de almacenar la información durante un tiempo más prolongado y se subdivide en explícita (hechos y experiencias) e implícita (habilidades y procesos automáticos).
Coser: la mejor actividad para nuestra memoria
Muchos de nosotros tenemos la creencia popular de que algunas de las mejores actividades para mejorar nuestra memoria son leer o caminar, las cuales desde luego que son adecuadas, pero según diversos estudios se ha comenzado a demostrar que coser es incluso mejor que estas, ya que no solo estimula la concentración y la coordinación motriz, sino que también activa neurotransmisores esenciales para el funcionamiento de las neuronas.
Coser consta de actos repetitivos, los cuales favorecen la conexión entre diferentes áreas del cerebro y lo mantienen en constante actividad, además de ser necesario para ello una atención bastante importante, así como una planificación, reforzando de esta forma la memoria de trabajo y la organización cognitiva. Pero esto no se queda solo ahí, ya que si cosemos, obtendremos una serie de beneficios adicionales, tales como:
- Una mejora en las capacidades cognitivas, sobre todo en personas mayores, ya que coser ayuda a prevenir el deterioro cognitivo al mantener la mente activa y en constante aprendizaje.
- Nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, ya que enfocarse en una tarea manual y creativa nos produce un efecto muy relajante, lo cual no ayuda a disminuir los niveles de cortisol.
- Es muy bueno para nuestra salud cardiovascular contribuyendo a la reducción de la presión arterial.
- En el caso de las personas que sufren artritis o artrosis, este tipo de movimientos que se hacen al desarrollar esta actividad pueden ayudar a mejorar la movilidad sin sobrecargar las articulaciones, lo cual ayuda a aliviar un poco el dolor crónico que tienen debido a su enfermedad.
Todo lo anterior son beneficios que desde luego debemos tener en cuenta, pero nos encontramos con otro adicional, y es que coser genera felicidad y bienestar, ya que el hecho de completar uno de los trabajos que hacemos en cualquier tipo de manualidad nos proporciona una sensación de logro y satisfacción, lo cual hace que liberemos serotonina y oxitocina, hormonas relacionadas con la felicidad. Además, podemos enseñárselo a las personas de nuestro alrededor y lucir «nuestra obra», algo que también nos produce orgullo.
