Ya no es posible hablar de una revolución digital, pues llevamos al menos tres décadas sumergidos en una continua expansión de posibilidades creadas por internet, el desarrollo vertiginoso de la telefonía móvil y nuevos avances como la IA, las criptomonedas y el boom de las billeteras y las entidades financieras virtuales.
Es un mundo que nos ha obligado a comunicarnos a través de diferentes plataformas y redes, como WhatsApp, una aplicación que desplazó las llamadas telefónicas directas. Además, se ha convertido también en un campo próspero para ciberdelitos y estafas, que con frecuencia son nuevas versiones de viejas maneras de violar la ley.
Un tiktoker y una solicitud inesperada de dinero
Seguramente ya hemos escuchado hablar de delitos virtuales como el phishing o el ransomware, ciberdelitos relacionados con el robo o el secuestro de datos. En el primer caso, para acceder y vaciar nuestras cuentas y tarjetas de crédito y débito, y en el segundo para hacernos pagar por permitirnos volver a acceder a nuestras cuentas.
Son dos modalidades presentes en medios como SMS o a través de correos electrónicos, aunque se pueden presentar en otras plataformas, aparentemente más seguras, como WhatsApp. Pero no son las únicas, como puede atestiguar un joven tiktoker, Raúl Valls, que ha aprovechado precisamente TikTok para contar cómo intentaron usar su cuenta de WhatsApp para estafar a sus amigos.
Valls cuenta que todo comenzó con un mensaje de WhatsApp que parecía normal, “pidiendo un voto en un concurso de baile”, a través de un enlace. El tiktoker entró en el enlace, pero algo le hizo desconfiar y se salió de inmediato. Días después comenzó a recibir varios mensajes de amigos cercanos donde le preguntaban por qué estaba pidiendo dinero.
En el mensaje pedía una transferencia de 450 euros, incluso a “personas con las que estaba en ese momento”, y no aparecían en su móvil ni en su WhatsApp, por lo que no se hubiera enterado de no haber sido avisado por sus amigos. Lo primero que hizo Valls fue utilizar otra red, Instagram, para avisar a amigos y conocidos que había sufrido una usurpación de identidad, y que no le hicieran bizum ni transferencias bancarias. A continuación, lo siguiente fue acudir a la Policía Nacional a poner la denuncia.
Las recomendaciones de la Policía Nacional para casos como este
Afortunadamente, los amigos del tiktoker actuaron de forma sensata, y antes de transferir la suma que aparentemente solicitaba intentaron ponerse en contacto con él. La estafa falló porque el importe solicitado era demasiado alto. El mensaje decía: “Hola, necesito 450 euros en la cuenta. Me los puedes prestar? Mañana te los devuelvo”.
Valls acudió a la Policía Nacional y coincidió con alguien más que estaba haciendo una denuncia similar, y allí los funcionarios le dijeron que ya habían registrado “otras cinco denuncias en Palma”. Se trata de una moda criminal que probablemente se irá afinando a medida que los ciberdelincuentes utilicen otros recursos que ofrece la tecnología para hacer estos pedidos más verosímiles.
La Policía Nacional recomienda cambiar todas las claves y contraseñas e implementar en todas las redes sociales sistemas de doble autenticación, para evitar el robo de nuestros datos personales. Y por supuesto, no ingresar a enlaces que nos parezcan sospechosos. Si somos nosotros los que recibimos el mensaje de un amigo solicitando dinero, verificar de distintas formas que realmente sea él antes de hacer cualquier movimiento de dinero.
Y si descubrimos que se trata de una estafa, hacer la denuncia de inmediato ante la Policía Nacional, para impulsar las investigaciones y que se pueda identificar a los ciberdelincuentes.
