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“No sabía en lo que me estaba metiendo”: un estadounidense se compra un pueblo entero y esto es con lo que se encuentra

por Paco Magar
11 de mayo de 2025
Un estadounidense se compra un pueblo entero y esto es con lo que se encuentra

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Más de uno lo habrá pensado: abandonar el centro urbano donde vivimos y comprar alguno de los pueblos abandonados de la España vaciada, que se encuentre en un lugar hermoso, recuperarlo y convertirlo en una inversión rentable. Como muchos sueños, puede estar solo a unos pasos de convertirse en pesadilla, tal y como ha podido constatar el ciudadano estadounidense Jason Lee Beckwith, actual propietario de Salto de Castro. Se trata de un pueblo abandonado en la provincia de Zamora, que ahora se ha convertido en su principal dolor de cabeza.

Un pueblo entero por 310.000 euros

Parece una historia de película: un californiano que no habla español, que no había estado en Europa, sin experiencia en rehabilitación rural, compró un pueblo entero y vacío por tan solo 310.000 euros. En la actualidad, él y su esposa son los primeros habitantes de Salto de Castro, abandonado a 40 kilómetros de Zamora.

Salto de Castro es un pueblo con 44 viviendas, un hospedaje, una iglesia, un bar y un cuartel, entre otras instalaciones, que fue parte de un proyecto eléctrico y que se vació poco después de 1989, cuando las funciones de la presa hidroeléctrica cercana fueron automatizadas.

Beckwith vio el aviso del pueblo en venta por internet, por un precio que es el de muchas viviendas medianas en grandes ciudades, y no lo compró de inmediato porque su esposa lo convenció de viajar primero a España y conocer el sitio antes de invertir. Y fue lo que hizo.

“Tan pronto comencé a caminar por las calles y ver a mi alrededor todas las ruinas desmoronadas supe que ese era mi futuro”.

El proyecto para Salto de Castro

Tal y como declaró a la prensa poco después de concretar la compra, su plan no es convertir Salto de Castro en un proyecto turístico moderno o en una especie de Disneylandia. Por el contrario, su plan es restaurar el pueblo, y convertirlo en un espacio que pueda recibir a distintos tipos de turistas y visitantes.

El pueblo se encuentra en una reserva natural reconocida por la UNESCO y posee innegables atractivos que pueden atraer a todo tipo de visitantes. Su plan es el de hacer un pueblo turístico, sin destruir su identidad, con apartamentos de temporada, un hotel, un albergue, la iglesia convertida en un centro de eventos, con la piscina y el centro deportivo recuperados.

Cree además que sería un lugar maravilloso para nómadas digitales y habrá casas para alquilar por largas temporadas. Un lugar donde habrá algo para todos los tipos de viajeros.

“Me enamoré del lugar… pero no sabía en lo que me estaba metiendo”

La inversión de Jason Lee Beckwith no solo lo entusiasmó a él, también generó interés y un optimismo, quizás algo prematuro, entre los habitantes de las comunidades vecinas, pues implica nuevas fuentes de empleo y estímulo para la economía local. Pero las cosas no son tan fáciles, y tampoco serán tan rápidas, incluso si Beckwith logra conseguir los cinco o seis millones de euros que hacen falta para hacer realidad este proyecto.

“Me enamoré del lugar y me sentí como en casa… pero no sabía en lo que me estaba metiendo”.

El estadounidense se topó con una serie de pasos burocráticos y técnicos con los que debe cumplir para llevar adelante su sueño: estudios y permisos relacionados con normas urbanísticas y medioambientales. A todo ello hay que sumar que todavía no domina bien el español.

Sin embargo, es probable que pueda sortear estos obstáculos y otros más. Ya creó una sociedad limitada en España, está aprendiendo español y ha comenzado a recuperar la iglesia y la piscina. Son buenas noticias para Salto de Castro, que tendrá una segunda oportunidad.

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